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Mónica García

Mónica García
El amor...

Daniel Fernández

Daniel Fernández
... Más imposible del mundo

domingo, 8 de enero de 2012

Capítulo 9 Triste realidad



Tristeza, agonía, desesperación, aflición, amargura... Y miles de adjetivos más en los que Mónica se cobija.
No sabe cómo describir lo que siente en ese momento.
Mira a través del cristal... Desolada por la estampa que hay a través de él.
Apoyada en él, llora amargamente... En silencio.
Su mundo se ha parado. No le importa nada de lo que esté pasando en el exterior. No escucha, ni quiere. Ella sólo puede contemplar la imagen que hay a través de ese cristal, ahora empañado por su llanto.
Una tras otra, cada lágrima cae amargamente por sus párpados, recorriendo sus coloradas mejillas y desembocando en su barbilla.
Parece que no tiene consolación. Y por ella se pasaría llorando durante el resto de su vida.
Su cabeza le da vueltas, le duele el estómago, y sus piernas le tiemblan.
Y es que no da crédito a lo que está viendo.
Lo ve allí quieto, pálido, inmóvil... Ojos cerrados, demasiado cerrados. Vacío.
Siente una gran impotencia por todo lo que ha pasado. Amargamente, suelta un grito, abatida, mientras miles y miles de lágrimas descienden por su rostro.
Está harta de todo esto. Quisiera poder ir atrás en el tiempo y arreglarlo todo para que a él no le hubiera pasado nada. Para que a Daniel no le hubieran disparado. Arreglar todo. Todo. Y sentir que esto no hubiera pasado jamás.
Cierra los ojos abatida. Aprieta su puño. Con fuerza, muchísima fuerza. Cómo si quisiera borrarlo todo sólo con eso.
Permanece unos segundos más con los ojos cerrandos, pero aún así sus lágrimas no cesan.
Aprieta los ojos. No los quiere abrir. No quiere ver la imagen que hay detrás de aquel cristal.
Verle así, es cómo recibir cien mil disparon en el corazón... Todo esto la está matando por dentro.
Pero sabe que no puede escapar de su realidad. Por más que cierre los ojos... Por más que los apriete fuertemente... Daniel no despertará, nada de esto se arreglará.
Y aunque le cueste, aunque le duela más que cientos de puñaladas verle así, aún así... Debe abrir los ojos y afrontar la realidad.
Poco a poco los va abriendo, lentamente... Esperando ver otra realidad, esperando verle bien.
Patente y desgraciadamente se encuentra con lo mismo.
De nuevo esa punzada de dolor en el estómago. De nuevo esas ganas de llorar y de desaparecer...
No puede verle así... No puede... La está matando por dentro...
Nunca pensó que pasaría algo así... Nunca pensó que lo perdería...
Y es que, aunque Daniel no haya muerto, el pronóstico que les ha dado el médico no es bueno...
''Él no está bien...'' Claro que para saber eso no hace falta ser médico licenciado... ''La herida es profunda y si en las próximas horas empeorase... Moriría...'' Mónica no se puede quitar esas palabras de la cabeza.
<<Morir>>, <<Morir>>, <<Morir>>... Un verbo que la desespera...
''Está bastante grave... Y lo que respecta a... que despierte... En estos momentos... Es... nulo...''
 En ese momento recuerda haber visto una imagen que le impactó. Javier se echó a llorar. Jamás... En toda su vida... Había podido imaginar que el primero en llorar sería él.
Pensó que ella sería la primera... Pero en su cabeza volaban demasiadas preguntas sin resolver sobre Daniel, y ya estaba sufriendo demasiado. Recuerda haberse quedado de piedra cuando escuchó aquello, sus ojos parecían haberse quedado secos... Se puso pálida como la nieve... Y sólo fue cuando lo vió, cuando se echó a llorar cómo si quisiera acabar con la sequía del mundo.
Pero en ese momento, cuando aún seguían con el médico, cuando todavía su mundo no se había venido lo suficientemente abajo, cuando le impactó aquella imagen de Javier... el médico dijo:
'' Les voy a ser sincero... Si Daniel saliera de ésta... Sería un milagro... Él está grave, bastante grave... Y les aseguro que nosotros haremos todo lo posible y lo imposible por salvarle... Pero milagros... No solemos hacer...'' Se paró un segundo y prosiguió.
''Lo que les quiero decir es... Que es muy poco posible... que sobreviva... Yo... Jamás me han gustado dar estas noticias... Lo... Lo siento de verdad...''
Fue entonces cuando Andrea cayó al suelo abatida por la situación... No tuvo las fuerzas suficientes para afrontar todo aquello...
Javier bajó rápidamente para cogerla. Se había desmayado. Entre él y el médico la colocaron en dos de los asientos de aquella diminuta sala de espera.
El médico miró rápidamente a Mónica. Estaba allí parada, mirando al suelo. Con la mirada perdida. Intentando afrontar con fuerza las duras palabras de aquel licenciado.

Mónica volvió de nuevo a la realidad. Había parado de llorar, pero el dolor por aquellos recuerdos permanecía.
Los recuerdos de aquellas dos horas antes, fluían como riachuelos de ácido que cayeran gota a gota en su cerebro hasta darle ganas de gritar.
Sí, eso era. Quería gritar. Soltarlo todo. Desahogarse de una vez por todas.
Se sentía como si, de repente, hubiera caído por un acantilado y fuera a seguir cayendo para siempre en una desesperanza creciente, para no volver a ser feliz jamás. Sin él... Ya jamás sería feliz.
Si perdiese a Daniel... la siguiente en morir sería ella.
Mira a su alrededor, debe despejarse un poco. Llorar no arreglará nada.
Va lentamente hacia la sala de espera. Sonríe levemente, Andrea ha despertado.
Javier al verla allí, se levanta a saludarla de nuevo.
Se alegra que haya optado por volver a aquella sala de espera.
Sabe que para ella no es bueno que haya visto en ese estado a Daniel. Sabe que todo esto le está haciendo sufrir mucho. Demasiado para ser ella.
Mónica llega hasta ellos y les sonríe como puede, no tiene las suficientes fuerzas como para decir un simple <<Hola>>.
- ¿Cómo estás?- Javier se acerca hasta ella.
- Eh... Bueno...- Quisiera decirle que está mal, super mal, abatida por la situación tan terrible que está viviendo, pero sabe que no puede, eso le entristecería a Javier y no quiere que eso pase.- Bien, su-supongo que bien...- sonríe forzadamente.
Javier la mira, aunque intente ocultarlo se nota que no está bien.
- No deberías haberlo visto así...
Ella permaneció en silencio.

- ¿Mónica?- Andrea se levanta y ve que ha acertado, es ella. Se alegra de verla.
- Hola.- De nuevo otra sonrisa forzada- ¿Estás bien ya? Me asustaste antes.
Andrea mira hacia abajo, cabizbaja.
- Ya... Es que...- La mira de nuevo y ve sus párpados oscuramente negros por el rimel corrido.- Y tú... has llorado, ¿no?
Mónica le sonríe y la abraza, le alegra estar con ella.
- Sí he... he llorado...Y creo que las dos sabemos el por qué, ¿no?
Ella asiente y la guia con el brazo por aquel oscuro pasillo.
- Anda vamos al baño... Te tienes que quitar eso...
- Vale...- Sonríe alegre. De repente, con Andrea, las ganas de llorar se han esfumado. Sabe que en cualquier momento volverán, pero prefiere no pensar en eso... Ni pensar en Daniel... Prefiere olvidarse por un momento de todo...
Javier las mira contento, alegre, o por lo menos lo más feliz que puede.
Le alegra verlas bien.
Separadas han sufrido como nunca, han llorado más que en toda su vida e incluso, una de ellas se ha desmayado.
Pero juntas, todo lo contrario. Juntas son felices, ríen, y por lo menos se olvidan por unos minutos de toda esa situación.
Y es que eso es lo que tiene la amistad: Por más que estén tristes, la alegría llega junto a ellas.





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Mónica (Capítulo 5)

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<<¿Porqué a él...? ¿Porqué...?>>

Andrea ^^

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