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Mónica García

Mónica García
El amor...

Daniel Fernández

Daniel Fernández
... Más imposible del mundo

viernes, 7 de diciembre de 2012

Capítulo 22

Daniel llega a la puerta, entra silenciosamente.
Al oír el crujido de la puerta al cerrarse, Mónica desvía su mirada hacia la ésta y ve que Daniel ha llegado.
- ¡Hombre! ¡Por fin has llegado! ¿Dónde has estado?- Se acerca a darle un beso.
- He... he estado viendo a Keyla...- Mónica se aparata de él rápidamente, sorprendida. Al final se ha quedado sin beso.- Es que estaba tan mal que... bueno.- Por la mirada de enfado de Mónica, intuye que la idea no le entusiasma demasiado.- Bueno, lo siento, yo sólo...
- No tienes por qué sentirlo.- Una respuesta seca y escueta, esto inquieta más a Daniel. Le mira y aparta la mirada rápidamente de él.
- Sí, es que no quiero que te enfades conmigo...
Mónica le mira de nuevo.
- No estoy enfadada...
Los dos se quedan en silencio, hasta que es Daniel quién prosigue.
- Yo sólo hice lo que creí oportuno, esa chica... Me dio lástima verla así...
- ¡¿Lástima?! ¡Dani, estamos hablando de la chica que te disparó! ¿La misma chica que casi te mata!- De acuerdo, ahora sí que ha conseguido enfadarla...
- ¿Ves cómo si estás enfadada?- Se le escapa una risita al decirlo.
- Dani...- La chica resopla cansada.- No estoy enfadada contigo...- Ahora sí, se acerca a él y le besa dulcemente para desmostrárselo. Él le mira con una sonrisa, satisfecho. Ella también sonríe, aunque su sonrisa se apaga más pronto.- Con la que estoy enfadada es con Keyla...
- ¿Y qué más?- El tono de Daniel suena como el de un maestro que intenta sacarte las palabras adecuadas de la lección.
- ¿Cómo que qué más?- Confundida, la chica hace una mueca de desagrado.
- Se refiere a que cuáles son los otros motivos de tu enfado.- Javier se suma a la convesación, indirectamente.
- Exacto.- Puntualiza Daniel con voz suave.- ¿No será que lo que te molesta realmente es que haya ido a ver a... otra chica?
- ¿Qué?- El gesto y tono de Mónica ha cambiado rápidamente de la confusión a la incredulidad.- ¿Me estás diciendo que estoy celosa?
- Bueno, eso ya lo has dicho tú.- Añade Javier con un tono sarcástico.
- ¿De Keyla?- La boca y los ojos de Mónica no pueden estar más abiertos, fruto de la incredulidad.
- Si lo preguntas es porque es verdad, ¿no?- Daniel mira a Javier, cómplice de la broma, y le guiña un ojo.
Andrea ríe mientras ve el espectáculo.
- Oh, oh.... ¿Perdón?- La chica se acerca a Javier, desafiante.- ¿Celosa yo de... esa estúpida?
Los tres restantes ríen al oír su comentario. Al ver que la cara de Mónica ha pasado del tono normal, al rosado tirando al rojo por el enfado, deciden parar con la broma y que se tranquilice.
- Mónica, creo que era una broma... O se estaban riendo de ti, esa es otra alternativa...- Andrea se acerca a su amiga, que sigue con el rubor subido y la abraza. Mirando a los dos hombres, añade entre risas.- Que malas personas que sois...- Y más risas.
Entonces, todos, incluso Mónica, comienzan a reír a carcajadas hasta que sus risas invaden la habitación.

En Gran Vía, en una conexión telefónica~
Pablo intenta poner un tono cariñoso.
- Pero Fabi, cariño, ya te he dicho que lo siento... Perdóname...
- Está bien, pero antes tendrás que prometerme una cosa.
- Sí, lo que tu quieras.
- Prométeme que no te enfadarás más por una tontería como la de antes.
- De acuerdo.- Su tono no es demasiado estable, pero creíble.
- Y que no te importará que salga con antiguos amigos de la facultad.
- Vaaaale...
- Y que me llevarás a un buen restaurante esta tarde para rencompensármelo.- El tono burlón que usa Fabianne hace reír a su novio.
- Está bien, te llevaré al mejor restaurante de Madrid.
La chica ríe y prosigue con su lista.
- Y una última cosa.
- Lo que sea.
- Dime que me quieres.- Los dos se ruborizan en las dos líneas.
- Te quiero.
- ¡Grítalo!
Pablo sonríe en la otra línea, las ideas de esta chica...
- ¡Te quiero Fabianne Sortuoir, te quiero muchísimo!- Y grita con todas sus ganas, casi se queda sin voz. Mira a su alrededor y ve las miradas de las demás personas clavadas en él, lo miran con curiosidad y comentan entre risas.
Ha conseguido silenciar a toda la Gran Vía, que ahora parece observar al chico. Parece que ese chico les ha parecido un verdadero romántico. Entre comentarios y risas empiezan a notarse aplausos de admiración, cada vez más y más personas se unen en los aplausos.
Pablo se queda sorprendido por la escena.
- ¿Que es eso que suena de fondo?- Fabianne escucha confundida.
- Nos aplauden.- Pablo sube el brazo con el móvil.- Escucha.
Los dos escuchan los aplausos emocionados, las peleas entre ellos han cesado para siempre, está claro.
- Te quiero, cariño.
- Y yo a ti, preciosa.- Y le lanza un ruidoso beso a través del móvil.
Los aplausos van cesando poco a poco y la calle, al igual que la gente, va volviendo a la normalidad. Pero ha sido bonito ese gesto tan cariñoso, ya no se ven todos los días. Y es que a veces hace falta amor, mucho amor, incluso en una ciudad tan grande e inmensa como Madrid.



Capítulo 21

Pablo da un sorbo a su café y apoya la taza de nuevo en la mesa. Suspira. Su móvil comienza a vibrar de repente, lo coge y lo mira. Otro mensaje de Fabianne. ¿Cuántos van ya? ¿Veinte? ¿Treinta quizás? Y en menos de media hora. Esta mujer no tiene remedio...
De nuevo, su móvil vuelve a vibrar. Tras un nuevo resoplido, mira su teléfono. Otro mensaje. ¿Es que Fabianne no piensa darse por vencida? Uff... Pulsa el botón central para verlo. Se sorprende al ver que no es Fabianne quién le manda el mensaje, sino que es de su amigo Javier:      
Pablo, me ha llamado Fabianne para saber si estabas conmigo. Está bastante preocupada. ¿Dónde estás? Sea el que sea el motivo de la pelea, no le des demasiada importancia y vuelve a tu casa con ella. El amor lo puede todo, ¿no? Ja, ja, ja... Bueno ya me contarás que ha pasado, y dónde te has metido. Llámame cuando puedas, ¿ok? Y perdona a tu novia, anda... :-)
Pablo relee el mensaje de nuevo, y lo vuelve a leer una vez más. No se lo puede creer. ¿Javier hablando de amor? ¿De que perdone a su novia? ¿De que si ''el amor lo puede todo''? ¿Está hablando bien de Fabi? Él, que la odia tanto, que no la puede ni ver... ¿La está disculpando?
Toma un nuevo y largo sorbo de café y vuelve a leer el mensaje. Esto es increíble. Pero lo más extraño es... ¿Cómo se ha enterado él de todo esto? ¿Le habrá llamado Fabianne? Pero si ella no tiene móvil... Se toca el bolsillo del vaquero y rebusca en él. Comprueba que no hay nada, salvo su cartera, en aquel bolsillo. Resopla. Se ha dejado el móvil del trabajo allí, en casa. Genial... Menos mal que tenía el otro.       
Sigue pareciéndole increíble que su amigo y su novia hayan mantenido una conversación estable y sin insultos de por medio. Esos dos, que se odian hasta más no poder. Madre mía...
Se le escapa una risita al pensarlo.
Da otro sorbo al café y se guarda el móvil en el bolsillo. A los pocos segundos vuelve a vibrar, menos mal que lo puso en silencio. Pero en vez de mirar el mensaje, sigue con su taza de café. Dándole vueltas a todo los acontecimientos de hoy. El teléfono vuelve a sonar. Otro mensaje de Fabianne…

~En un lugar más apartado del centro de la ciudad, en el hospital...
Raúl está sentado en el borde de la cama de Keyla. Le mira con una pequeña sonrisa en la cara.
Ya lleva ahí una media hora más o menos. Al llegar, se fue directo hacia Keyla, a la que le costó varios minutos asimilar la visita del mejor amigo de su exnovio. Se notaba que todavía estaba un poco afectada por la ruptura tan inesperada.
Lo primero que hizo Raúl fue preguntarle como se encontraba y tras varios minutos en los que escuchó atentamente lo que la chica le contaba, varias sonrisas forzadas y no tanto, llegó el momento de la verdad. De decirle a Keyla por lo que venía realmente. Al principio le costó un poco sacar las palabras adecuadas, no sabía cómo decírselo y se le notaba bastante que estaba nervioso. Pero al final se lo dijo. Le declaró todo lo que sentía por ella, le dijo todos los meses en los que pensaba en ella, los que había sufrido en silencio por tenerla entre sus brazos. Que estaba enamorado de ella. Que la quería con todo el amor con el que podía y le permitía su corazón reservarle a ella.
En su cara vio desde la confusión hasta la sorpresa. Aunque eso no le molestó demasiado. Raúl ya se esperaba una reacción así de ella.
Se quedaron los dos en silencio, varios minutos. Para el chico, demasiados largos para su gusto. Pero no quería agobiar más a Keyla con eso.
Ella, sentada en la cama, asimilando aún las palabras de su amigo, estaba pensativa. Y él estaba sentado en el borde de su cama, a su lado, mirándola, esperando ansiosamente una respuesta.
Y así pasaron varios minutos más, hasta ahora. No había pasado nada más. Allí, en aquella habitación de hospital, los dos juntos sentados uno al lado del otro. En silencio. Hasta que es Keyla quién decide romperlo con una pregunta.
- Dices que te has peleado con Marcos, ¿no? Tu, hasta entonces, amigo del alma.
- Ahá.
- ¿Por qué?
- Porque es un imbécil… Pero sobre todo, porque te quiero.- Raúl le mira a los ojos.
- No es verdad lo que dices, mientes.- Hace una pequeña mueca de enfado.
- ¿Qué? ¡Claro que te quiero! Llevo amándote durante meses, en silencio.- Se acerca aún más a ella y le acaricia suavemente la mejilla. Le mira, le busca la mirada, pero ella se resiste y no le mira. Entonces coge suavemente su barbilla y la guía hasta él, haciendo que le mire. Sonríe satisfecho. Los dos se sonrojan un poco.
- ¿Lo dices de verdad?- Un poco azorada, aparta la mira de nuevo. Pero rápidamente cae en sus redes y le vuelve a mirar. A sus ojos. ¿No son los más bonitos que ha visto jamás? Ojos verdes. ¿Por qué no se había fijado antes en él?
Es entonces cuando Raúl, en forma de respuesta, acerca su boca a la suya y aprieta sus labios a los suyos, dulce y cariñosamente. Keyla se sorprende, pero se deja llevar. Una sensación de calor que ya había sentido antes, le recorre todo el cuerpo, se estremece. Le encanta. Y hasta puede decir que está realmente feliz. Los dos lo están.
Él separa la boca de la suya y se mueve hacia abajo para besar su cuello.
- Eres preciosa.- le susurra suavemente.- Eres preciosa…
- Nunca pensé que te gustaba... Nunca pensé qué...- Pero el chico la silencia con un nuevo beso. Éste aún más apasionado.
- Me gustas demasiado...- Responde acalorado.- Te deseo demasiado...
Keyla clava su mirada en Raúl fijamente.
- ¿Me quieres?
El chico sonríe acalorado.
- Sí, princesa... Te quiero muchísimo.
Keyla sonríe y le mira desafiante.
- ¿Y me amas?
El chico le mira incrédulo, ríe y sin perder un sólo segundo, la vuelve a besar.
<< Me lo tomaré como un sí. >>- Piensa mientras prueba el sabor de sus labios de nuevo. Son dulces. Saben un poco a tabaco, pero no le importa. Ahora sólo se limitará a disfrutar de sus besos, de su amor, de Raúl. De su Raúl

Capítulo 20

Mónica se sienta en la cama de Daniel, impaciente.
- ¿Dónde crees que habrá ido?- Andrea mira a su amiga, pensativa.
- No lo sé.- Resopla y mira la hora de su reloj.- Ya han pasado quince minutos...
Las dos chicas se miran y suspiran. ¿Dónde se ha metido Daniel?
  De repente llaman a la puerta. Después de tres toques se oye una voz.
- ¿Se puede?- Y es la cabeza de Javier la que se asoma por la puerta.
- ¡Javier!- Las dos chicas corren hacia él y lo reciben con besos, abrazos y todo tipo de halagos. Cuando terminan entran todos juntos y cada uno se sienta en una butaca.
- ¡Vaya! ¡Qué recibimiento más caluroso!- Javier ríe y mira sorprendido a Andrea.- Has... has vuelto.- La chica asiente y se abrazan.- Qué bien que hayas vuelto, Andrea.
- Ya ves...- Su amiga le sonríe.
- Siento haberme ido así, de verdad...
- Pero al menos has vuelto, ¿no?- Javier les mira con un gesto cariñoso. Luego echa un vistazo a la habitación buscando a su compañero- ¿Y Daniel?
- No lo sabemos, se fue hace unos quince minutos y no nos dijo a dónde. Sólo nos dijo que le esperásemos aquí...- Mónica mira de nuevo la hora.- Y de momento sigue sin aparecer...
- Vaya, para un día que vengo a verle y no está...- De repente, la sintonía de Nada es para Siempre, de Héroes, comienza a sonar desde el bolsillo de la chaqueta de Javier.- Y ahora, ¿quién me llama?- Resopla y coge el móvil. Ve que es Pablo quién le llama. Desliza el dedo sobre la pantalla para descolgar y responde.- ¿Sí? ¿Pablo?- La voz que responde a su llamada no es de su compañero, sino de su novia.
- No, no soy Pablo, soy Fabianne.
- Ah... Hola, ¿qué haces con el móvil de Pablo? ¿Ya estás cotilleando con los móviles de los demás?- escucha un suspiro en la otra línea.
- Javier, por favor...
- Si no quieres que te diga nada, ¿para qué me llamas?
- ¿En serio crees que me interesa tanto lo que haces como para llamarte?
- No lo se, yo sólo sé que me has llamado para hacerme perder el tiempo.- Va a colgar, pero antes de que lo haga, Fabianne lo interrumpe.
- ¡Por favor, no cuelgues! ¡Espera!
- Ah... así que ahora me reclamas... Bien, bien...
- Javier... Esto es serio...
- Está bien, ¿qué pasa?
- ¿Está ahí Pablo contigo?
- ¿Qué? Claro que no. ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?
- Es que...- Fabianne se queda en silencio durante unos segundos y prosigue.- Se ha ido de casa...
- ¿Qué? ¿Qué le has echo? Ya la has vuelto a liar, si es que...
- Oye, oye... Que yo no tengo la culpa... Es que nos hemos enfadado y se ha ido... Y no se a dónde...
- ¿Y qué se supone que haces tú con su móvil?
- Se fue corriendo, estaba furioso. Y se dejó olvidado aquí el móvil. Pensé que habría ido contigo o... algo.
- Pues ya ves que no...
- ¡Oh, Dios! ¿Y dónde puedes estar?- La mujer se desespera.
- Tranquila, ya le busco yo...
- ¿En serio? Ay, muchas gracias, Javier...- Por primera vez en la conversación, Fabianne consigue sonreír.
- De nada, para eso estamos.- Durante unos segundos, los dos se quedan en silencio. ¿Le está dando las gracias? ¿Y él le ha hecho un favor? Increíble.
- Si lo encuentras, convéncelo para que vuelva a casa, por favor.
- ¿Contigo? El pobre se merece otra mejor...
- Javier...- Fabienne resopla, cansada ya de sus jueguecitos.
- De acuerdo... Ya paro...- Se ríe.- Le diré que vuelva contigo...
- Muchas gracias.
- Pero no te acostumbres a esta amabilidad, ¿eh?
Fabianne sonríe en la otra línea.
- Tranquilo, no me voy a acostumbrar...
Los dos ríen.
Dentro de poco se entablará una bonita amistad entre los dos, aunque ellos aún no lo sepan.

~En la habitación de Keyla, unos minutos más tarde...
Keyla sonríe y se tumba en la cama de nuevo. Abraza delicadamente a la almohada. Sonríe de nuevo. Ya está más tranquila, lo que le dijo Carmen es verdad, hay que pasar página.
Todo el mundo tiene historias, horribles o preciosas. Y tarde o temprano, cada historia se sacaba, se examinaba, se contaba y después se dejaba a un lado. Eran cosas que habían ya pasado, no estaban ocurriendo ahora.
Pero lo que más feliz la hace es que Dani le haya perdonado. ¡A ella! ¡Después de lo que hizo! Sí... La verdad es que es el mejor...
Carmen mira a la chica y se ríe.
- Ya veo que estás mejor.- Keyla le sonríe amablemente.- Te ha venido bien hablar con él, ¿eh?
- Sí...- Se levanta y sienta en la cama.- La verdad es que... ha sido bastante bueno y... comprensivo.
Las dos ríen.
Carmen sale un segundo de la habitación y en cuanto abre la puerta, pega un respingo. Hay otro chico ahí, que en ese mismo momento iba a llamar a la puerta. Los dos se sorprenden.
Keyla mira hacia la puerta. Y mira al chico, incrédula.
- ¿Ra... Raúl?

Capítulo 19

<< -¡No le dispares, déjale!- La voz de la chica suena ahogada y desesperada.
Tú miras la pistola de nuevo, ¿de verdad vas a hacer esto? Sí, se lo merece. No sabes el por qué, pero aun así... aprietas el gatillo lentamente, para que la espera de la otra chica sea más agonizante. Sonríes.
- Es lo que mereces. Por fin me vengaré de ti.- Y entonces, aprietas fuertemente el gatillo. Suena el disparo.
- ¡Nooo! ¡Dani!- La chica corre desesperada hasta él.
Ves como su cuerpo cae al suelo. Ese cuerpo herido. Ese cuerpo sangrante. Ese cuerpo... de tu ídolo. >>
Abres los ojos rápidamente.
- ¡No, no! Dani...- Tu voz suena débil y cansada
- Tranquila Keyla... Tranquila cielo...- Carmen te acaricia el pelo preocupada, mientras ve, como en sueños, sufres sin quererlo.
De nuevo, el sueño te invade. Cierras los ojos y el recuerdo prosigue.

<< Oyes a la chica llorar desesperada junto a Daniel.
Tiemblas. Un sudor frío recorre todo tu cuerpo. Has matado a un hombre.  No, peor aún, has matado al hombre al que amabas. Has matado a tu ídolo.
Escuchas a las dos chicas gritar y llorar. Una imagen impactante.
Sin darte cuenta se te cae la pistola al suelo. Estás atónita por lo que has hecho. Junto a la pistola, tú también caes al suelo. La miras, la coges. Y sin dudarlo, aprietas el gatillo otra vez.
De nuevo se escucha otro disparo. La calle se queda muda, ni un sólo ruido. Otro disparo más. Aunque ese ha caído en otro cuerpo. En el tuyo>>

- ¡Ah!- Te despiertas agobiada y nerviosa. Miras a tu alrededor y frenéticamente ves la cara de Carmen, la habitación, los tarros de suero. Sientes como si tu pecho estuviera hueco. Tragas saliva, intentando borrar la visión que has tenido que predecía tus desmayos.
- Por fin has despertado.- Carmen te mira cariñosamente desde la puerta del aseo de la habitación.- ¿Te encuentras bien, Keyla?
Tú sonríes sin apenas ganas y te levantas cuidadosamente de la cama. Te acercas hasta ella y le miras preocupada.
- He tenido de nuevo esa pesadilla.

~ En un lugar más alejado del hospital, en el centro de la ciudad...
- ¡Taxi!- Raúl mueve los brazos estrepitosamente para llamar al vehículo.
Éste cruza la calle sin problemas. Aunque hay raya continua, al taxista no parece importarle. Rápidamente se acerca a la acera y frena. Raúl abre la puerta y entra.
- Gracias.- Una pequeña sonrisa y se acomoda en el asiento.
- ¿A dónde le llevo?- La voz del taxista es grave, pero a la vez agradable y peculiar.
- Al hospital 12 de Octubre.
- De acuerdo, pues como el señor mande.- La voz y el entusiasmo que añade el taxista a la frase hace sonreír a Raúl.
Durante unos segundos los dos se quedan en silencio, solo se oye el ruido de la radio de fondo.
De repente suena un pitido que hace sorprenderse a Raúl, es su BlackBerry. La saca de su bolsillo y mira el mensaje que le ha llegado al WhatsApp:
Raúl tío, ¿dónde te has metido? Marcos está cabreadísimo contigo. La has hecho buena...
Y un emoticono sacando la lengua es el que finaliza el mensaje. Es de Luis, al parecer Marcos se lo ha tomado bastante peor de lo que esperaba. Pero tampoco le importa demasiado. Ese ahora no es el tema que más le preocupa. No piensa volver por allí. Ahora sólo se preocupará de la chica de la que está enamorado. Cuando se le ocurrió la idea, estuvo dudando en si ir o no, pero ahora lo tiene más claro que nunca. Va a ir a ver a Keyla al hospital y le va a declarar su amor.

~En el hospital, en la habitación de Keyla, en ese mismo momento...
Carmen está sentada junto a Keyla. Apoyada en la cama, intenta consolarla:
- Keyla, cielo, tienes que comprender que eso ya ha ocurrido. Ya forma parte del pasado. No estás allí ahora, estás aquí. No vivas en el ayer, eso ya no lo podrás remediar...- Carmen sonríe levemente mientras le acaricia el pelo.- Vive el ahora, el presente. Eso es lo que vale, lo que cuenta.
- Ya pero...- Keyla mira a su enfermera aún un poco resentida.
- Mira, todos a lo largo de nuestra vida hemos tenido problemas, muchos problemas, que durante los años siguientes los hemos intentado olvidar. Después de un tiempo, los olvidamos y los utilizamos como anécdotas para contar en ocasiones especiales, en fiestas… - Carmen para un segundo y prosigue.- Lo que quiero decir es que tendrías que pasar página, olvidarte de eso ya. Eso ha pasado y tienes que asumirlo. Ya no puedes hacer nada por remediarlo.
- Y cómo pretendes que pase página, ¿eh? Me van a llevar a juicio. Y no voy a poder dejar de verle. Así, ¿cómo voy a conseguir olvidarle?
Carmen se acaricia la sien, pensativa.
- No lo sé cielo...
En ese momento, llaman a la puerta. Las dos pegan un respingo por el asombro.
- Pase, está abierta.- Carmen se levanta y abre la puerta del todo.
Keyla se queda asombrada al ver quién la ha visitado.
- ¿Da... Dani?
Éste sonríe tímidamente y entra cuidadosamente en la silla de ruedas.
- Hola.- Se acerca hasta su cama y mira a la enfermera.
Ella pilla la indirecta de éste y se va de la habitación.
- Os dejo solos, que tendréis mucho de lo que hablar.- Y tras decir esto se marcha de la habitación.
Los dos sonríen incómodos. Se miran y empieza la conversación. Es Daniel quién comienza a hablar.
- Bueno... Keyla, ¿es así como te llamas verdad?
La chica asiente rápidamente.
Daniel ríe y prosigue:
- Pues Keyla, dime, ¿te encuentras mejor ya?
- Eh... Sí, si...- Un poco confusa le sonríe. No esperaba esa pregunta de él.- Gracias.
- Me alegro.
Los dos se quedan en silencio durante unos segundos.
- Dani.- El chico fija la mirada en Keyla.- No es eso a lo que has venido, ¿me equivoco?
Daniel niega con la cabeza.
- Has venido por lo de la policía, ¿no?
- Ahá.
La chica le mira cabizbaja.
- Mira, Keyla, sinceramente yo por mí quitaría la denuncia y quedarías fuera de culpa, no me gustan estos líos...- Le mira de nuevo y sigue hablando.- Pero es que Mónica se ha empeñado en que eres tú la culpable y...
- Es que yo soy la culpable, Dani.- No duda en recalcar el <<yo>>.
- Bueno ya, pero...
- Dani, yo fui quién te disparé. Todavía no sé muy bien el por qué, pero... supongo que jamás le encontraré un por qué a todo esto.- Esboza una pequeña sonrisa de tristeza.- Yo nunca te haría daño... Y si esa vez lo hice fue por el efecto de las drogas que me hicieron tomar...- Le mira cabizbaja y prosigue.- Volviendo al tema... Yo soy la única culpable de todo esto...
- Pero...
- No, Dani, no... Yo te disparé. Te podría haber matado... No voy a negarme a ninguna condena, yo soy la única culpable...
- Bueno, si tú lo dices...
- Dani, a mí las condenas no son lo que me importan. Yo lo único que te pido es que, por favor, puedas perdonarme.- Sonríe.- Es lo único que quiero. Lo único que necesito. Por favor...
Dani le mira sonriente y le responde con un abrazo. Keyla lo recibe con sorpresa. Y se emociona. Empieza a llorar como una niña. Pero no cómo ayer. No. Ahora llora de alegría, de emoción.
Cuando el abrazo termina, Keyla se seca las lágrimas. Daniel le sonríe.
- Pues claro que te perdono. Sé que no lo hiciste intencionadamente... Bueno, sí, pero estabas drogada, así que...- Le regala un gesto cariñoso.- Lo que no te puedo asegurar...- Fija su mirada en Keyla.- Es que las chicas te perdonen, eso ya... es más improbable... Más bien, imposible.
- No pasa nada, yo en su lugar haría lo mismo. Tampoco perdonaría a la chica que hizo daño a mi ídolo... De hecho... no me voy a perdonar jamás lo que te hice...
Daniel apoya su mano en su regazo.
- Tranquila...
Keyla mira, un poco más alegre ya, a Daniel.
- Dani, en serio... ¿por qué eres así de bueno siempre con la gente?
- ¿Qué?- El chico queda asombrado por la pregunta.- ¿Qué quieres decir?
- Pues, joder, que casi te mato y aun así me tratas como si no hubiera pasado nada...
Daniel suelta una carcajada tras la respuesta de la chica.
- ¡Qué exagerada que sois todas! ¡Que no me iba a morir!
- No, que va...
- Bueno... Pero de momento sigo vivo, ¿no?
- Hombre, a no ser que yo me haya vuelto una médium y esté hablando con un fantasma...- Acerca su dedo lentamente hasta su hombro y lo toca.- ¿Lo ves? No lo ha atravesado, no eres un fantasma.- Se empieza a reír.- Así que creo que sí, que estás vivo.
- ¿Crees?
Keyla suelta una carcajada.
- Bueno vale, lo confirmo... Sigues vivo.
Los dos ríen. Cuando las risas acaban, se miran en silencio durante unos segundos.
- En serio, Dani, gracias por perdonarme.
El chico le observa sonriente.
- Bueno, me tengo que ir ya.
- De acuerdo, gracias por venir, Dani.
Daniel le sonríe y se va. Al salir, se encuentra, enfrente de él a Carmen, la enfermera de Keyla, que ha estado escuchándolo todo desde fuera.
- ¿Ya se va?
- Sí, las chicas me estarán esperando.
Carmen apoya su mano en el hombro del hombre, agradecida.
- Muchas gracias, Keyla necesitaba su apoyo. Necesitaba hablar con usted.
- No es nada, al fin y al cabo es otra de mis seguidoras, ellas son las que me dan de comer.- Carmen ríe.
- Una vida dura la de estrella de la radio, ¿no?
- Uy... No lo sabe usted bien...
Los dos ríen y Daniel se va hacia su habitación en su silla de ruedas.


Capítulo 18

- Pero, ¿enserio te crees que te vamos a perdonar después de lo que hiciste?- El tono de Mónica suena cada vez más seco y serio.
- Yo... yo creía que...
- ¿Qué creías? eh, ¿Qué?- Mónica se abalanza amenazante hacia ella.- ¿Que te íbamos a perdonar? Casi lo matas, ¿recuerdas? Destrozaste mi vida de tal manera...- De la rabia, se le escapan varias lágrimas.- Estuviste a punto de acabar con su vida...
- Yo no quería... De verdad...
Mónica mueve la cabeza de un lado para otro, desesperada.
- Tú no querías... Ya, seguro. ¿Te crees que me lo voy a tragar? ¿Qué vas de santa ahora?
- No... yo... Fueron las drogas que...
- A no, si encima te drogas... Si es que no sé por qué me extraño...- La chica suelta una pequeña carcajada.
- Yo, de veras que lo siento...
- Hombre que si lo sientes... Y más que lo tendrías que sentir.- Una mirada fugaz hacia Keyla.- ¿Tú te crees que él tiene derecho de estar así?- Mónica dirige la mirada hasta el costado de Dani.- No sabes lo mal que estuvo...
- Te prometo que si pudiera volver atrás en el tiempo y remediar lo que hice, lo haría...
- Entonces sí te perdonaría, pero ¿acaso ves alguna máquina del tiempo por aquí?- Gira el brazo indicándolo alrededor de la habitación.- No, ¿Verdad?
La chica, ya con lágrimas en los ojos, niega cabizbaja con la cabeza.
- Pues cuando encuentres alguna y regreses atrás en el tiempo para remediar lo que hiciste, entonces sí. Entonces te perdonaremos.
''Ya está con otras de sus ironías...''- Daniel ríe para sí mientras ve como la chica, Keyla, comienza a llorar desesperada.
- ¡¿Pero es que no me has entendido?! ¡Estaba drogada! El cabrón de mi novio me drogó... ¡Yo no sabía lo que hacía!- El tono de voz de la chica sube, fruto de la desesperación.
- Ya, no sabías lo que...
- ¡No, no sabía lo que hacía!- Ahora es Keyla la que se abalanza hasta Mónica amenazante.- ¿Te crees que estando consciente de mí misma le hubiera disparado? ¡Por dios, le quiero! ¿Comprendes? ¡Yo también soy una fan como vosotras!-Su respiración aumenta cada vez más, se pone nerviosa y la voz le tiembla muchísimo.- Yo también soy fan...- Siente que todo le da vueltas, que se marea.- Yo... también...- Su voz se vuelve de repente más débil- Le... quiero...- Y tras decir eso, cae al suelo. Abatida, sin fuerzas. La situación tan tremenda le ha podido estando en su estado. Las emociones fuertes no le convienen, ya se lo decía Carmen, su enfermera.
Las chicas se miran entre sí un poco preocupadas. Mónica mira a Dani sorprendida. Después de todo siente un poco de pena por Keyla. Y un poco culpable por su desmayo. Pero se lo merece, ella hizo sufrir a su chico, y ahora está pagando todo el daño que le causó. De todos modos, si es verdad lo que les ha contado sobre lo de las drogas que le hicieron tomar, lo mismo es verdad que no es tan culpable como ella creía.
La mira y dice:
- Voy a llamar a un médico.- Y sale deprisa de la habitación. Mira de un lado para otro buscando a un médico. Ve a una enfermera en la esquina del pasillo. Corriendo, se acerca hasta ella. La enfermera al ver a la chica se gira hacia ella.- Por favor, la chica...-Jadeante toma aire y prosigue- Keyla se ha desmayado.
- ¿Qué? ¿Keyla?- Carmen mira a la chica agobiada.- ¡Ella no puede desmayarse más en su estado!
- Pero si Keyla sólo tiene el brazo...- Mónica mira a la enfermera confundida.
- No, chica, no... Keyla está mas grave de lo que parece...- Carmen mira a la chica con preocupación.- Sufre arritmias muy graves por el efecto tan fuerte de las drogas...

Capítulo 17 Ojalá que te vaya bonito

//Recuerdo de Daniel, en los días en los que aún no había despertado//

Ojalá que mi amor no se te olvide. Ojalá que mi pérdida no te duela. Ojalá que te olvides pronto de mí. No quiero ver de nuevo esos ojos empañados en lágrimas. No quiero oírte llorar de nuevo. Deja que todo pase a su curso. No te preocupes más de mí.
Ojalá que todo pase ya. Ojalá que te enamores de nuevo, que sigas viviendo tu vida. No quiero verte mal. Ojalá que encuentres a alguien que te quiera como yo te quise. Ojalá que al fin seas feliz.  Aun sabiendo que moriré, aun sabiendo eso, no quiero verte mal.  Tienes que olvidarme, pasar página. Como si todo esto sólo hubiera sido un sueño, una mala pesadilla. Quiero que despiertes de ella, y sigas viviendo el día a día. No quiero que te estanques, no quiero verte llorar más por mí. Quiero verte bien, feliz, contenta. Te quiero ver sonreír de nuevo. Quiero ver esa sonrisa tan mágica que tienes. Quiero ver esa cara iluminada, llena de luz de nuevo. Aunque todo pase. Aunque yo me vaya... Necesito que sigas bien, que te enamores de otro. Y verte feliz con él, aunque ese no sea yo.
Ojalá que mi recuerdo perdure en tu mente.
Desde el cielo te miraré. Te cuidaré. Me pondré a tu lado y te abrazaré, aunque tú no puedas verme. Cuidaré de ti siempre. Siempre estaré junto a ti, aunque tú no me puedas ver. Seré  tu ángel de la guarda. Siempre velaré por ti.  
Ojalá que todo pase pronto y el dolor sea mínimo para  los dos.
Te quiero Mónica. Siempre te querré. Allá dónde esté.
Ojalá que mi amor no te duela. Ojalá que te vaya bien, Móni.
Ojalá que te vaya bonito.

- HOMENAJE  A CHAVELA VARGAS-

domingo, 17 de junio de 2012

Capítulo 16 Cosas inesperadas

En el centro de la ciudad, en un parque de Madrid~

Parque del Retiro. Bosque del olvido. Todos están sentados en un banco. Unos sentados en el respaldo de éste, algunos otros sentados debidamente en él. Música rap a tope. Volumen al máximo de lo que les permite sus Blackberrys. Los cigarros y su cachimba pasa de mano en mano, de boca en boca. Todos fuman. La gente que pasa por su lado se les quedan mirando, un poco extrañados por la escena, aunque en Madrid a esas horas y en aquel lugar, es relativamente normal.

- Ey tío, ¿Cómo sigue tu chica?

- ¿Keyla? Bah, supongo que bien...- Marcos da una calada al cigarro y suelta el humo lentamente.- Allí sigue, llorando. No para la muy...- Suspira con desagrado- Tampoco es que me importe mucho. Ya sabes, pronto romperé con ella y...

- ¿Qué? ¿Qué vas a romper con ella?- Raúl le mira sorprendido.- Tío, ahora no es buen momento, no la puedes dejar estando en el hospital... ¿No te da pena por cómo lo está pasando?

- ¿Esa? Esa perra me la suda... Yo sólo buscaba un lío y lo he conseguido. Ya sabes, una mujer de usar y tirar. No pienso comprometerme más con una chica. Si he estado yendo al hospital a verla es por hacer el paripé... No me van esas relaciones tío. No soy ningún romántico.

- Pero tío, ahora no le puedes dejar, se vendrá más abajo... Y...

- ¡Que ya te he dicho que me da igual! Tío, sólo buscaba sexo y lo he tenido. Paso de ir más allá.

- Pero...

- ¡Qué he dicho que no!- Marcos se empieza a cabrear.

- Raúl, tío, déjalo. No lo hagas enfadar...- Luis no quiere que su amigo se enfade.

- Pero...

- Déjalo... Ya sabes cómo es...

- Si tanto insites, por qué no te vas tú con ella, ¿eh?...- Al final Raúl ha conseguido enfadar a Marcos.

Eso es lo quisiera él. Estar con Keyla. Él sí que la cuidaría. Él nunca la dejaría sola. Nunca le abandonaría. Por que él la quiere. Raúl está enamorado de Keyla. Y no le gusta como la está tratando su amigo. Keyla no es un trapo de usar y tirar. Aún habiendo hecho lo que hizo con ese... ¿Daniel Fernández? Sí cree que se llama así. No le suena mucho, pero debe ser bastante famoso. Lo suficiente para que Keyla se enamorara de él. Y si hizo lo que hizo fue por esas horribles pastillas que le hizo tomar Marcos. Ese estúpido la ha metido en el mundo de las drogas... Aunque es su amigo, a veces se comporta como un verdadero imbécil. Él también fuma, pero sólo cuando está con sus amigos... Después no toca el tabaco para nada, sólo fuma para integrarse en aquel grupo. Triste, pero verdad. No comprende a Marcos, la chica con la que sale está pasando por una depresión gigantesca. No puede imaginar cómo pudo hacerle eso a Daniel, y por lo que Marcos le ha contado, está recibiendo ayuda psicológica. Y él va, y la deja tirada. La deja tirada como una colilla, coma la colilla que se están fumando ahora mismo. Ojalá él saliera con Keyla. Ojalá el fuera famoso, para poder conquistar su corazón.

En lugar más alejado, en las puertas de un hospital~

Mónica mira de un lado para otro de la calle. Se acerca hasta la acera y de nuevo hace el mismo gesto. Nada, por ahora Andrea no llega.

Impaciente, coge el móvil y mira la hora. ¡Pero si ya ha pasado un cuarto de hora! ¿Dónde se ha metido esta chica? Uff...

- ¡¡¡¡MÓÓÓÓÓNICA!!!! ¡¡¡MÓÓÓNICA!!!- Una voz procedente de la esquina de la calle grita eufórica.

La chica mira al lugar por donde procede la voz, pega un respingo, y sonríe.

- ¡¡ANDREAA!!

Cada una corre hacia la otra. El viento les va despeinando el pelo a medida que su velocidad crece, pero no les importa a ninguna. Las dos corren hasta que llegan una junto a la otra y se abrazan fuerte, muy fuerte, como si les fuera la vida en ello. Sonríen. Lloran. Se miran y se vuelven a abrazar, este abrazo es aún más largo.

- Cielo, ¡mira cómo estás!- Andrea coge a Mónica por los barzos.- Estás... Estás cambiada... Estás...

- Feliz por volver a verte.- Mónica sonríe y le dice- Tu también estás cambiada. Más... alta y... delgada... quizás. No sé.- Una nueva carcajada.- Cómo te he echado de menos, Andy.

- Sí, y yo a ti también, pero bueno...- En ese momento se acuerda, se toca el bolsillo de su pantalón y saca un bigote.

- ¿Te acuerdas?- Andrea ríe divertida.

Mónica lo mira sorprendida.

- Oh, no.... No, no, no... Otra vez no, Andy- Se echa a reír mientras intenta apartarse de los brazos de su amiga que le intenta poner el bigote de pega de nuevo, pero le es en vano.- Ja, ja, ja... No, Andy ¡Para! Ja, ja, ja...

- Esta vez no te escaparás.- Andrea la coge por el brazo y le consigue pegar el bigote.

Mónica le mira enfadada, pero de broma claro, se estaba partiendo de risa.

- Eres...- Le mira desafiante- Uy, como te coja...- Corre hacia Andrea y ella, empieza a correr también para no ser pillada.

Las dos ríen. La calle es invadida por sus risas y carcajadas. Una corre detrás de la otra.

Andrea se para y se apoya en sus rodillas, no puede más. Jadeante, mira a Mónica, la cual se va acercando a gran velocidad hacia ella.. Por fin la coge y al empujarla, por la velocidad que llevaba, las dos se caen al suelo.

- O-Oye... Mónica, para un... poquito, anda que... no puedo más...- Andrea se apoya en su amiga y jadeante aún, se levanta del suelo.

Mónica ríe y le ayuda a levantarse.

- Ja, ja, ja... Entonces esto significa que te he ganado, ¿no?

- Sí... has ganado tramposa... Que eres una tramposa.

- ¿Tramposa yo? ¡Já! Lo que pasa es que tú no sabes correr lo suficiente, debilucha...- Se ríe de nuevo y dice- Bueno, nos olvidamos de algo ¿no?

Andrea le mira confundida.

- ¿A sí? ¿De quién?

Su amiga le mira atónita, sonríe y dice:
- ¡De Dani, tonta! A eso has venido, ¿no?

- ¡Es verdad! Pues vamos, ¿no?

- Sí, anda vamos. Mónica coge de la mano a su amiga y van hacia la habitación de Daniel.

En otra habitación muy distinta, en ese mismo hospital~

Keyla llora, llora amagamente en su habitación. Tumbada en la cama, mientras ve cómo una de las enfermeras que se encarga de ella, se va acercando hasta su lado.

- Deberías depejarte un poco.- Le acaricia el pelo cariñosamente.- Llorar no arreglará nada.- Le coge cuidadosamente la mano derecha, donde lleva puesto el suero, y ajusta de nuevo la cantidad adecuada.- No te conviene tener emociones fuertes en tu estado.

- Mejor, a ver si así consigo morirme de una vez.- Keyla se seca las lágrimas y mira a Carmen, su enfermera.

- ¡Pero no digas burradas, hombre!

- Si es verdad, ya no tengo ganas de vivir... He matado a ese hombre, ese hombre al que amaba, ni siquiera sé cómo fui capaz de hacerlo y...- Keyla mira al suelo, cabizbaja- Y esa chica... ya no me acuerdo como se llamaba... Seguro que en estos momentos me odia muchísimo...- Keyla comienza a llorar de nuevo.

- Que no...- La enfermera ya no sabe que hacer para consolarla.- Además en lo de que lo has matado, te equivocas, él no está muerto.

Keyla pega un respingo en la cama sentándose en ella.

- ¡¿Qué?!- Una pequeña sonrisa ilumina su cara.- En-Entonces... ¿él no... no está muerto?- Tartamudea nerviosa.

La enfermera mueve la cabeza diciéndole que no.

- ¡Dios qué bien!- Pega un grito de alegría.- Y entonces está bien, ¿no?

- Bueno, estuvo en coma varios meses, pensábamos que lo íbamos a perder, pero se recuperó poco a poco, gracias al apoyo de Mónica y...

- Mónica...- Pronuncia su nombre pensativa.- Así era como se llamaba aquella chica... Hum...

- Sí, estuvo todos los días acudiendo aquí a verlo... Bueno pues, cómo ya te dije, meses después Daniel despertó del coma y ahora se está recuperando. No tienes por qué preocuparte... Él ya está bien.- Carmen le sonríe.

- Bueno... pero de la cárcel no me libro...- Keyla mira a Carmen tristemente.- Según me dijeron los policías el otro día, tenía que acudir a un jucio, aquella chica ya habrá testificado en mi contra, seguro... Ya no tengo nada que hacer...

- Bueno, piensa que lo que hiciste fue...

- Malo, muy malo, ya lo sé... De echo no pienso hacer nada al respecto, es lo que me merezco por todo los daños que provoqué, pero me da miedo la cárcel... Espero que Dani me pueda perdonar por todo lo que le hice, espero que todos ellos me sepan perdonar...

Keyla sonríe tímidamente, parece ya un poco más animada.

De pronto una luz se ilumina entre las sábanas, es su móvil.

- ¡Es Marcos!- Sonríe y lo coge.- ¿Sï? Cariño ¿qué querías decirme?

Keyla espera su respuesta y al obtenerla su sonrisa se va apagando, poco a poco, hasta que las lágrimas vuelven a aparecer en su rostro.

En un lugar más lejano, en el parque del Retiro~

Raúl camina pensativo por los caminos del Retiro, con las manos metidas en los bolsillos. Está enfadado. ¿Cómo ha podido Marcos dejar así a Keyla? ¿Por qué lo ha hecho? Buf... Definitivamente su amigo es un estúpido... Y encima le ha terminado insultando. Pobrecita... Se la podía escuchar llorando desde la otra línea. Que cruel a sido Marcos. Eso no se hace, y menos sabiendo cómo está ahora mismo ella.

Esa es la razón por la que al fin le ha plantado cara a su amigo y se ha marchado de allí. Su amistad con él ha terminado para siempre. Varios insultos y alguna que otra referencia a su madre.

No sabe si ha hecho bien en irse de allí, pero no quería estar ni un segundo más al lado de ese estúpido. El resto de sus amigos parecen que le apoyaron también a él, a Marcos, por que nadie antes se había atrevido enfrentarse a él. Es el líder de aquel grupo. Simplemente le respetan por miedo. Pero él sabe que cuenta con el apoyo mudo de sus amigos aunque por fuera no lo hayan podido aparentar.

Y es que él no va a permitir que traten así a una chica. Y menos a Keyla, la chica de la que está enamorado desde hace bastante tiempo. No va a dejar que eso pase. Y si se tiene que enfrentar al chico más peligroso de Vallecas, lo hará. El amor que siente por Keyla, es lo suficientemente grande.

En el hospital 12 de octubre, en la quinta planta~

Mónica llama a la puerta.

- Toc, toc, toc.- La abre y entra junto a Andrea sigilosamente.- ¿Se puede?

Se encuentran a Dani sentado en la cama, leyendo el periódico.

- Ya habéis entrado.- Les sonríe y deja el periódico, debidamente doblado, encima de la mesita metálica.

- Hola amor, ¿me has echado de menos?- Mónica se acerca a Daniel y le besa.

Andrea les mira tímidamente y rápidamente aparta la mirada.

- ¿Tú qué crees?- Daniel ríe y dirige su mirada a Andrea, la cual cuando se da cuenta, se sonroja.- Hola, tú debes ser Andrea, ¿no?

- Sí.- Andrea mira a Daniel todavía con un poco avergonzada.

- Vaya... Eres igual a cómo te describió Mónica...- Dani sonríe de nuevo y espera la respuesta de la chica.

- Ah... eh, pu-pues, gracias...- Sonríe tímidamente y siente una gran punzada de dolor en el estómago No sabe por qué. Mira a Daniel de nuevo y observa su torso vendado. De nuevo la punzada vuelve, y otra, y otra más. Se siente mal. Culpable quizás. No lo sabe, pero de repente, sus ojos se empañan., sin saber por qué.

Mónica le mira extrañada.

Andrea se abalanza sobre Daniel, y le abraza fuerte, muy fuerte, pero con cuidado para no hacerle daño. Y comienza a sollozar, a llorar como una niña.

Daniel la recibe en sus brazos extrañado por su reacción. La acoge entre sus barzos y le acaricia tiernamente.

- Venga... tranquila... Tranquila, cielo...- Intenta consolarla.

- Dani yo... Lo siento, lo siento muchísimo de verdad... Todo es culpa mía... Lo siento mucho...

- No es culpa tuya, Andy.- Mónica le pasa la mano por el hombro.- Es de esa estúpida de Keyla... Ella provocó todo esto.

- No... Si yo no hubiera dicho nada...- Las lágrimas no cesan.- No hubiera pasado nada...- Andrea se aparta de Daniel.

- Ey... tranquila... No pasa nada.- Daniel mira a Andrea a los ojos.- Oye, yo ya estoy bien... No pasa nada... No te tienes que sentir culpable...

- Pero... después me fui, y... Lo siento, de verdad... Os dejé tirados, intenté olvidaros. Lo he pasado fatal durante este tiempo, intenté olvidar lo más importante para mí... Lo siento...

- Andrea, ya te he dicho que no te tienes que disculpar, enserio, tú no tienes la culpa de nada, ¿de acuerdo? No quiero que te sientas culpable más por eso.- Daniel le besa en la mejilla.

Ella se sonroja aún más. Mónica abraza a su amiga que parece que ya se le ha pasado la llorera.

- Anda que llorar por eso, Andy...- Mónica le sonríe.

- Es que... Joder, me sentía fatal y... al verte...- Mira hacia Daniel.- Pues... me ha venido todo de golpe..- Al fin sonríe y dice.- Siento haberme puesto así.- Mira a Daniel y observa preocupada su herida.- ¿Te... duele mucho?

Daniel se toca en el lugar de la herida y siente que le duele.

- Eh... bueno un poco, pero cada vez... menos.- Sonríe.

Ella sonríe y le coge de la mano, mira a Mónica y le dice:

- Ella también sufrió mucho, las dos íbamos más o menos igual, equilibradas.-Daniel ríe al escuchar su comentario.- Todavía me acuerdo del día en el que vino la prensa.- Las dos se miran y sonríen.- ¡Que agobio por dios! Ja, ja, ja...

En ese momento llaman a la puerta. Todos miran hacia ésta. Oyen cómo se abre poco a poco y llega junto a ellos una mujer vestida de blanco, parece ser una enfermera.

- Señor Daniel, alguien quiere verle.

- ¿A mí? ¿Quién?

- No lo sé, es una chica que dice que lo conoce, ¿le digo que pase?

- Eh... Sí, sí, claro...

La enfermera se acerca hasta la puerta.

- Keyla, dice que sí, que pases.

Mónica y Andrea se miran petrificadas. ¿Keyla? ¿No será...?

La chica entra tímidamente en la habitación. Tiene el brazo vendado.

- Hola Dani.- Le observa preocupada.- ¿Có-Cómo estás?

miércoles, 9 de mayo de 2012

Capítulo 15 Cambios en mi vida~ Ironía, ironías everywhere...



[Parte 1 ]

Un golpe de aire despeina tu brillante cabello rubio. Te retiras un poco mientras das golpecitos con los zapatos sobre el suelo, impaciente.

- ¿Luis, te queda mucho?

- No... un momento...

- Llevas ya como unos 20 momentos...

- ¡Que ya voy, espera un segundo!

- Buf...- Resoplas abatida por la desesperación- ¡Ey Pupy, ven bonito!- Tu perro obedece y corre hacia a ti mientras lo acaricias con amor.- Tú también echarás de menos este sitio, ¿eh?.- Le acaricias el hocico y dejas que se marche. Observas como se va pegando brincos por el jardín con una pequeña sonrisa.

Das una vuelta sobre ti misma mirando a tu alrededor el que ha sido tu hogar durante estos 15 años y al que ahora abandonas.

- Bueno, ¿estáis listos ya o no?- Tu madre sale con algunas cajas de mudanza más sobre los brazos, las introduce cuidadosamente en el maletero de ese wolsvagen tiguan blanco y te mira esperando una respuesta.

- Yo sí, el que lleva una hora preparándose es Luis.- Miras a tu madre con tristeza- Parece que no va acostumbrarse a este gran cambio, le tenía mucho cariño a nuestra casa.

- Ya cariño, pero no podemos seguir aquí... Andrea, tú no estás bien y no voy a permitir que te pase algo o que me pilles una depresión de esas, además la casa a donde nos mudamos es... muy bonita también- Tu madre sonríe intentando convencerte.- Anda, voy a buscar a Luis.- La ves entrar en casa.

Tú te acercas hasta el maletero y observas melancólica una de las cajas colocadas allí. La coges y la miras. 'Móni & Yo :)'. Sonríes y recuerdas esos momentos con Mónica. Esas tonterías que hacíais, esos momentos de diversión con ella, también esos momentos de tristeza, los días en los que ella te apoyó y los días en los que tú fuiste su hombro para llorar. Esos días donde se entrelazó una bonita amistad entre las dos. Esos días en los que esperábais que vuestro deseo de una breve recuperación de vuestro ídolo fuera posible. Esos días con Javier... Aquellos días rosas, grises y negros. Pero tú te fuiste, te fuiste sin dar explicaciones. Ni siquiera tú sabes el por qué. Quizás te viste demasiado involucrada en aquel incidente en el accidente de Daniel. <<Por tu culpa le dispararon, sólo por tu culpa.>> Esas palabras te penetran hasta lo más profundo del alma, de tu corazón. Te derrumbaste, no pudiste más. <<No más sufrimiento, no más lágrimas.>> Eso es lo que pensaste cuando la idea de desaparecer te pareció más apetecible. Pensaste que olvidar toda tu vida de antes, te sería más fácil, con menos sufrimiento.

Pero esa llamada de Mónica, esas lágrimas caídas al salir corriendo del hospital, estos días de no saber. Todo te ha sido más duro de lo que tenías calculado, olvidar no ha sido tan fácil como parecía. Días sin comer, sin ningún apetito. Días encerrada en tu habitación, sin salir. Recuerdas como tu hermano te miraba desde la pequeña rendija de tu puerta, recuerdas su empeño en no verte llorar, recuerdas todo lo que te ayudó en olvidar cada día más a Mónica, a Daniel... toda tu vida anterior. Tu madre se preocupó bastante por tus faltas de alimentación, y para que no se preocupara tú le decías que ya se te había pasado, pero siempre acababas llorando, no podías remediarlo. Esa es la razón de la mudanza, de esta nueva vida que intentas tener. Todo parecía olvidado. Ese mar de agonía parecía haberse calmado un poco. Pero de nuevo, al recordar todo esto, te vuelves a derrumbar. Las lágrimas vuelven a empañar tus ojos, te dejas caer en el suelo, abatida. La caja también cae y tras ella una pequeña libretita de color púrpura.

- Andrea cariño, Luis ya está list... ¡Andrea,hija! ¿Qué te pasa? ¿No me digas que...- Tu madre ve la caja tirada en el suelo- Oh... es eso, de nuevo... Creía que ya los habías... olvidado.- Te ayuda a levantarte.

Te secas las lágrimas, coges tu maleta y la metes desganadamente en el maletero. Te quedas parada un segundo bajo la atenta mirada de tu madre y de tu hermano Luis, que parece aún más preocupado que tu madre.

- No... no me pasa nada mamá, déjame en paz.- Tomas aire y vas hacia tu asiento del coche. Tu hermano te coge desprevenidamente por el brazo y te entrega la pequeña libretita púrpura.

- Toma, se te ha... caído...- Te la da y se sienta en su pequeña 'sillita de niño pequeño' del coche, tú le sigues aún un poco resentida, mientras ves a tu madre colocar de nuevo la caja de 'Móni & Yo :)'.

Te sientas y le miras, un poco triste también, sabes que no le gusta verte así. Intentas consolarlo un poco.

. Ey, enano... Que ya se me ha pasado, ¿eh? No te preocupes, anda...- Le acaricias el pelo cuidadosamente...

Él te sonríe, en ese momento Pupy ladra llamándote. Te levantas y vas hacia él.

- ¿Que quieres pequeño?- Le acaricias el lomo.

Éste mira la casa y emite un gemido.

- Sí... Lo sé, tú también echarás de menos todo esto...

- ¡Andrea, venga que ya nos vamos!

- ¡Sí, ya voy mamá!- Echas una última ojeada a la casa y sonríes.- Adiós casita, te echaré de menos...

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[Parte 2]

Coges a Pupy con la correa y andas hacia el coche. Mientras caminas, miras hacia atrás observando la casa.

- Venga cariño, que nos tenemos que ir.- Tu madre mete al Labrador en el asiento delantero del coche.

Te sientas y te pones el cinturón, en silencio, sin decir una palabra.

Tu madre arranca y sale hacia la carretera.

Tú miras por la ventanilla. Miras nostágica como se va alejando tu casa, poco a poco, cada vez más.

Suena 'Hey Soul Sister' en la radio. Te acomodas en tu asiento y ves como tu hermano intenta divertirse con un peluchito de un T-Rex. Sonríes por sus gestos infantiles y entonces te acuerdas. En tu mano aún tienes aquella libretita de color púrpura: 'Nuestros momentos'

La abres y ves una foto pegada en la primera página: <<No te resistas Andrea, caerás en mis garras, Wujajajaja!... Móni:)>> La dos con un palo jugando a una lucha imaginaria por el retiro. Sonríes y pasas la página, de nuevo hay otra foto: <<De acuerdo, te crees muy lista, ¿eh? ¬¬'' Andy me ha puesto un bigote... -.-'' jajaja...>> Mónica con un gesto divertido y con la nariz arrugada intentando apartar el bigote de pega que le habías puesto de la nariz, tú sales partiéndote de risa.

Una nueva sonrisa y pasas a la página siguiente. Ésta te enternece y a la vez te pone un poco triste. Las dos estáis en la habitación de Daniel, con él. Él aún está dormido... bueno en... da lo mismo. Estáis cada una en un lado de la cama. Mónica le da un beso en la mejilla a Daniel y le abraza. Mientras, tú estás echada a su lado con una pequeña pancarta rosita que pone: ''Te queremos Dani, aún así eres bonito. Ponte bien YA!'', las dos con una sonrisa. Javier es quién os hizo la foto. Debajo de ésta hay un nuevo comentario: <<No te librarás de nosotras ni aún estando así... Te queremos. Te quiero amor mío, ponte bien pronto ;) (Tu amorcito <3 Mónica)>>

'' Yo también le quiero'' Piensas y cierras la libretita poniéndola a tu lado.

¿Qué habrá sido de Dani y Mónica? ¿Cómo estarán?

<< Mónica: Prométeme una cosa. Andrea: ¿Cúal? Mónica: Mantente en contacto, Andy. Andrea: Eso está hecho, te llamaré pronto. Mónica: Eso espero (Reís y seguís hablando)...>>

Ahota te sientes culpable, al final no cumpliste tu promesa, al final no la llamaste.

¿Se habrá enfadado contigo? O algo mucho peor...

De pronto un penamiento ilumina tu mente y te pones muy, muy pálida.

¿Y si Daniel no hubiera aguantado? ¿Y si sus pocas esperanzas de vida se hubieran esfumado? ¿ Y si... hubiera muerto? No. No... ¡No! Empiezas a temblar, un sudor frío recorre todo tu cuerpo y tu tono de piel cambia por completo.

- Oh, dios mío, tengo que llamar a Mónica.- dices en voz baja.

- ¿Decías cariño?- Tu madre mira hacia atrás mientras conduce pero rápidamente vuelve la mirada a la carretera.

- ¿Qué? No, nada máma...- Coges tu móvil y marcas el número de Mónica.

Esperas a que suenen tres pitidos y...

[Parte 3]

~En una habitación de hospital, en ese mismo momento...

El móvil de Mónica se ilumina mientras empieza a sonar el estribillo de Rolling in the deep.

Se levanta y va rápidamente a la mesita que está junto a la cama de Daniel. Éste está dormido. Coge silenciosamente el móvil del cajón y se va hacia el baño.

- ¡Calla, dichoso trasto!- Pulsa el botón verde y saluda un poco molesta.- ¿Sí?

- Hola Mónica, soy yo.

Mónica se queda paralizada frente al espejo. Ha reconocido esa voz.

- ¿An- Andrea? ¿Eres... tú?- Con voz entrecortada sonríe sorprendida.- No me lo puedo creer, que de tiempo...

- Sí, es que... Lo siento, prometí llamarte pero... estos meses han sido bastantes más duros de los que pensaba...- Traga saliva.- Oye... ¿Cómo está Dani?

Mónica sonríe y asoma la cabeza fuera de la habitación, le observa y le responde:

- Dormido... Ahora ya...

- ¿Dormido? ¿Aún?- Andrea corta a Mónica- Vaya... y ¿está muy grave o... ?

- Espera, ¿qué?- Mónica ríe en la otra línea.- Bueno sí, se está muriendo...- Pone un tono más serio, aunque por dentro se parte.

- ¡¿Q-Qué?!- A Andrea se le entrecorta la voz, está a punto de echarse a llorar.- Pero Mónica, ¿qué han dicho los médicos?

- Que cada día está mejor.- Mónica ya no aguanta más y se echa a reír.- Era una broma, tonta. Ya hace semanas que despertó.

Dani se despierta por la carcajada de Mónica.

Andrea se queda unos segundos en silencio hasta que su cerebro capta que ha sido víctima de una broma.- Eres...- Ríe irónica.- Es usted muy bromista señorita García, jajaja...- Una de las primeras carcajadas que suelta en mucho tiempo.- Y muy, muy mala...

- ¿A sí? ¿No me diga, Señorita Martínez?... jajajaja...- Risas en las dos líneas y de repente, silencio.- ¿Sabes? Echaba de menos estos momentos Andy...

- Sí, yo también los he echado de menos...



- Mónica cariño, ¿con quién hablas? ¿Estás bien?- La voz de Daniel todavía suena un poco cansada.

Mónica se acerca a Daniel y le da un beso.

- Sí amor, estoy hablando con una amiga.

- Mónica, ¿Sigues ahí? ¿Con quién hablas?- Andrea se impacienta en la otra línea.

- Sí, sí, es que...- Mira a Dani y sonríe.- Oye, ¿quieres hablar con él?

- ¿Con quién?

- Con Dani.

Andrea se queda paralizada durante milésimas de segundo.

- ¿Qué? Pues... ¡Pues claro que sí! Pero... ¿Puede hablar y eso? Estará cansado o... débil... No sé...

- Sí es verdad, no se puede ni mover...- El tono sarcástico vuelve a Mónica.- Andrea, por favor, que sólo le han disparado, no se ha caído de un quinto piso ni nada...

- 'Sólo' dice la muy...- Daniel ríe por la respuesta de Mónica y la atrapa entre sus brazos mientras la besa.

Mónica le mira de reojo, sonriente y le dice a su amiga.- Bueno, ¿te lo paso o no?

- ¡Sí, sí!- Andrea sonríe y espera a que su ídolo hable.

La chica le pasa el teléfono a Daniel, y éste lo recibe un poco confundido.

- Es Andrea, la amiga de la que te hablé. Quiere que te pongas.

Daniel asiente y se pone al teléfono.

- Eh... ¿hola?

A Andrea se le forma un nudo en la garganta, se pone nerviosa y se sonroja un poco al escuchar su voz.

- Ho- Hooola.- Le tiembla un poco la voz por los nervios.- ¿Có... Cómo estás? ¿Estás mejor ya?

Dani sonríe en la otra línea.

- Sí, los médicos dicen que ya pronto podré irme a casa.

- ¿A sí? Que bien.

- No pareces alegrarte mucho... Mmm, sospechoso...- Un tono irónico.

- ¿Qué? No, sí. Sí que me alegro. Claro que me alegro, es que bueno, estoy un poco nerviosa... No todos los días tengo la ocasión de hablar con mi ídolo...- Andrea habla deprisa y se sonroja aún más.

- Jajajaja, así que eres una fan, ¿eh? Gracias.

- Sí... jajaja. Me alegro que ya estés mejor. Me tenías muy preocupada, mucho.

- Vaya, gracias. Y siento que lo hayas pasado tan mal. Ya me ha contado Mónica lo mal que lo pasásteis las dos.

- No... pasa nada, al menos ya estás bien. Oye, sigues en el 12 de Octubre, ¿no?

- Sí, por supuesto.

- Perfecto.- Andrea aparta el móvil y le pregunta a su madre.- Mamá, ¿podemos ir un momento al hospital?- Sonríe.

Su madre, al verla tan feliz intuye lo que ocurre.

- Claro, ¿por qué no?. Ya ha despertado, ¿verdad?- Ríe.

- ¡¡¡Sí!!!- Andrea está eufórica, vuelve al móvil y le dice a Dani.- Bueno, pues voy a pasarme por allí, ¿vale?. Tengo muchísimas ganas de verte. De verte por fin bien.

Daniel sonríe y le responde:

- Claro, aquí te esperamos los dos. Supongo que sabrás ya el número de la habitación, ¿no?

- Me he pasado semanas allí, ¿lo dudas?- Andrea ríe feliz.

- Bueno, pues aquí te esperamos.

- De acuerdo, y una cosa más, Dani...

- ¿Sí?

- Te quiero.

Dani se queda un poco extrañado pero sonríe. Andrea cuelga y se guarda el móvil en el bolsillo, feliz, contenta, entusiasmada. Su vida ha vuelto a tener sentido, ha vuelto a ser de color rosa.

- Que alegría verte ya sonreír otra vez hermana.- Luis le sonríe y la abraza.

- A sí que ammas a ese hombre, ¿eh?- La madre les mira por el retrovisor sonriente.

- Sí mamá, le amo. Le quiero con toda mi alma, le quiero más que a mi vida.

sábado, 31 de marzo de 2012

Capítulo 14 ¿Por qué te fuiste?


(Escuchar esto mientras leéis el capítulo)http://www.youtube.com/watch?v=FDUwls5lbf4



~Meses antes...
Le llamas al móvil y no te lo coge. Le mandas un mensaje y no contesta. ¿Dónde se ha metido? ¿Por qué se ha ido? De pronto le miras y piensas: Tú le querías y te has marchado sin dar explicaciones. Tú te culpaste demasiado quizás.
Y aquí estás, junto a él. Intentando comprender la perdida de tu amiga, de tu hermana. Te sientes culpable por no apoyarla demasiado a veces...
Miras de nuevo a Daniel, por una vez el dolor que sientes no es sólo por él. Quieras o no reconocerlo ella era tu apoyo en estos días. Y ahora se ha ido y no sabes dónde.
De pronto el móvil vibra. Se ilumina una luz y ves su número en la pantalla. Lo coges con una sonrisa.
- ¿Andrea?- Una pausa mientras piensas lo primero que se te ocurre preguntarle- ¿Por qué... te has ido?
En la otra línea escuchas un suspiro y la oyes llorar.
- Mónica, lo siento. No puedo aguantar más esto. Todo esto me sobrepasa, la culpabilidad, la depresión, todo esto ya es demasiado. Han pasado ya días del incidente y él no se recupera.
- Pero... Las dos estábamos juntas en esto. Prometimos ser fuertes. Lo prometimos...
De nuevo oyes un suspiro en la otra línea.
- Lo siento Mónica. Lo mejor es que me haya ido. Tengo que olvidarle... No puedo... seguir así.
- ¿Olvidarle? ¿Me estás diciendo que todo esto lo quieres olvidar?
- Lo siento...  Móni.- Tú sonríes al escuchar cómo te ha llamado.- Prométeme una cosa...
- Sí
- Pase el tiempo que pase, no te olvides de tu hermanita.
Tú sonríes y dejas escapar una lágrima por tu rostro.
- Entonces, eso significa que... ¿no nos volveremos a ver?
De pronto, hay unos segundos que las dos estáis en silencio.
- Tengo que pasar un tiempo fuera de todo mi mundo anterior, tengo que olvidar un poco todo....
- Andrea.
- ¿Sí?
- Gracias por ayudarme en estos días.
Notas que ella ríe.
- No se dan. No ha sido nada.
- Sabes que sin ti no hubiera sido tan fácil afrontar todo esto.
Tú sonríes.
-¿Te puedo pedir un favor?
- Por ti, Andy, lo que sea.
- Llámame cuando despierte.
- ¿Crees que despertará?
- Jamás hay que perder la esperanza.
Una sonrisa aparece en tu rostro.
- Te prometo que cuando despierte te aviso.
Sientes que alguien la llama y pronuncia su nombre.
- Bueno cuqui, me tengo que ir, mi madre me llama para que vaya.
- Anda ve.
Las dos sonreís al mismo tiempo.
Entonces te pones más triste y le dices:
- Mantente en contacto, ¿vale?
- Siempre.
Escuchas de nuevo que pronuncian su nombre.
- Bueno Móni, mi madre se desespera, te tengo que dejar.
- De acuerdo. Chao, hermanita.
- Chao.
Colgáis al mismo tiempo. Te quedas unos segundos con el móvil en la mano y piensas en que estos meses serán más duros sin ella.

jueves, 29 de marzo de 2012

Capítulo 13 A veces no se pierde la esperanza...

~ Unos minutos antes...

Fabianne conduce a toda velocidad por las calles de Madrid. A su lado va Pablo. Y mil preguntas, mil porqués y mil interrogantes que rondan por sus cabezas. Un intento desesperado por entender algo. No es posible. La preocupación agoniza el ambiente. Hospital 12 de Octubre. Fabianne pasa la barrera y aparca. Pablo se baja de inmediato y entra en el hospital. Corre por el pasillo, sube las escaleras a toda velocidad hasta que ve a Javier. Corre hacia él. También hay una chica a su lado. Se reúnen con ellos y se abrazan.
- Todavía no he logrado entender nada. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo está?
- Ya te lo dije. Una loca le disparó.- Javier fija su mirada en Pablo.- Y ahora...
- Sí, pero ¿es grave?
Javier le indica con la mirada que mira hacia la habitación. Pablo observa lo que pasa en su interior y cae en la cuenta de que allí está Mónica. Siente pena por cómo la está viendo. Javier le devuelve la respuesta.
- No te puedes imaginar cuánto...
De repente, y por su sorpresa, Andrea sale corriendo de aquel lugar.
Pablo intenta alcanzarla, pero Javier le coge del brazo.
- Déjala, necesita estar sola... Lo está pasando mal.
- Pero...
- ¡Pablo, cariño! Me he perdido con tanto pasillo...- Fabianne corre agotada hasta ellos.
- Genial... La que faltaba... ¿En serio la tenías que traer?- En voz baja, Javier usa un tono irónico con Pablo. No soporta a Fabianne, ni ella a él. Para saludarla su tono sube de volumen.- ¿Qué tal Fabianne? Que alegría verte...- De nuevo tono sarcástico.
Fabianne le mira con odio.
- Hombre Javier, ¿cómo tú por aquí?.- Se acerca a él.- ¿No habrás sido tú lo que has provocado esto?
Javier ríe.
- Yo también me alegro de verte...
- Qué pena no poder decir lo mismo.- Una sonrisa maliciosa.
- Y ¿qué tal el trabajo?... A no, que no tienes...
- Já... Al menos tengo más carisma que tú... Y de tu humor no hablemos...
Javier le mira desafiante.
- Ey, chicos, parad ya...- No le gusta las discusiones mucho...
- Ha empezado él...
- ¿Qué? Tú eres una...
Pero antes de que Javier pueda acabar su frase, Mónica sale de la habitación.
Todos vuelven la mirada hacia Mónica. Ésta se gira para mirarlos. Una tímida sonrisa y vuelve a su estado de tristeza. Tiene los ojos irritados y  está rojísima.
Javier se acerca hasta ella.
- ¿Cómo estás? ¿Le... has visto bien?
Fabianne va hacia la chica y le acaricia el pelo.
- ¿Pero cómo le dices eso? ¡Si él está en coma, hombre!
Mónica, al escuchar eso, siente una sacudida, como un huracán, una oleada de inmenso dolor, se viene abajo, se derrumba, siente que le quitan la respiración, que se le ahoga dentro de su deseo de estra alegre. Feliz. Y de improvisa rabia, y estupor, incredulidad.
¿Por qué le ha tenido que  pasar esto? ¿Y hasta cuánto estará así? Se siente mal, muy mal, traicionada por la vida. No es posible. Daniel no. Daniel. Que es fuerte. Que nunca le había pasado nada. Y la ola sigue creciendo, cada vez más. Siente ahogada en ese mar de agonía. No sabría decirlo. Pero ella está allí, le mira y no puede hacer nada. No puede remediar lo que pasó. Y ahora 'los mañaneros' rotos. Sus 'mañaneros'. Y entonces Mónica se acerca hasta hasta Javier y le aprieta fuertemente la chaqueta contra los puños, se la arranca casi, se aferra a ella, desesperada, como si fuese el único escollo seguro en medio de ese mar de absurdo dolor. Luego se apoya en el pecho de Javier y comienza a llorar quedo, en silencio, ahogando casi su dolor en esa chaqueta. Por respeto, por miedo, por no mostrar su debilidad ante los compañeros de Daniel. Javier no sabe qué hacer. Y la abraza despacio con sus brazos, fuerte, contra sí.
- Tú siempre tan sutil Fabianne...- Le mira cabreado.- Chissst... Tranquila, Mónica... Tranquila...- Y basta eso, su abrazo, para que se sienta un poco más tranquilas. Un profundo suspiro, lento. Y otro. Y otro más. Y los sollozos disminuyen. Poco a poco. Un poco de calma en esa chaqueta. Como una pequeña ensenada. Una cala donde poder resguardarse de la tempestad. Y después respira pofundamente. Mónica emerge de nuevo de los brazos de Javier. Recupera la compustura. Se seca la nariz con el extremo de su camisa. Se arregla un poco el cabello con las manos. El cabello, un poco mojado, obedece. Recupera su lugar de un modo obediente y, silenciosamente, deja que la luz aparezca de nuevo en ese rostro.
- Estoy bien.- Intenta convercerse a sí misma. Y una pequeña sonrisa a los allí presentes.- Me... voy a mi casa. Volveré mañana.
Javier le mira sorprendido.
- ¿Cómo que a tu casa?
- Sí, aquí sólo puedo... pasarlo mal, agobiarme más... Pensé en quedarme con él esta noche, pero no me dejan estar tanto tiempo allí... Así que... - Le mira y sonríe levemente.- Me voy... Hasta mañana.
Y se va sin más, en el silencio de un pasillo vacío por los malos momentos que ha pasado en él. Le espera una noche de espera, de miedo, de impotencia, de esperanza, de plegaria. De la certeza de un mañana, eso está claro, pero de un mañana que puede o no serlo para todos. ¿Cómo es la vida? No puede imaginar que pueda perder a Daniel, no tiene fuerzas.

~ Once de la noche, en la casa de Mónica...

Mónica habla con su madre por el móvil.
- ¡Ay mamá! Pero ¿te has vuelto loca?
- ¿Yo? ¿Tú te crees que éstas son horas de llamar? ¡Ni siquiera me has llamado estos días!
- ¡Es que Daniel está en el hospital, está en coma! ¡Ya te lo he dicho!
- Que no, que no me creo que tú y ese humorista...
- ¡Mamá, que es verdad!
- Si, ya. Seguro que te lo estás inventando. Mónica, ¿no te da vergüenza? Invertarse que alguien está en coma, es muy fuerte...
- Pero mamá, es verdad, ha tenido un accidente terrible.
-¡Ya basta! Porque no estoy ahí y no te puedo castigar, si no...
A Mónica se le empiezan a empañar los ojos de lágrimas.
- ¿Tú crees que me voy a inventar una cosa así? ¿Por quién me has tomado, mamá? Amo a ese hombre.


~ A más de cinco mil kilómetros de Madrid, en New York City...

El novio de Julia mira las noticias en el canal internacional. La televisión española. De pronto una noticia que le llama la atención, demasiado.
- Cariño, ¿este no es el famoso ese que le gusta tanto a tu hija?
- ¿Qué?- Julia aparta el teléfono de su boca, fija su mirada en la televisión y con vergüenza descubre que todo cuanto le ha contado su hija es cierto.
- S-sí...- Vuelve al teléfono y, esperando que su hija no se haya enfadado, habla.- Mó- mónica... ¿sigues ahí?
- Sí, mamá sí, sigo aquí...- Su tono, en la otra línea, suena lloroso y triste.- Pero ya que no me vas a creer voy a colgar ya...
- ¡No! ¡No, hija por favor, no me cuelgues! Acabo de ver que es cierto. Lo siento, cariño mío, me costaba entender todo eso... ¿Y cómo está?
- Mal, mamá, muy mal. ¿Cómo quieres que esté? Está en coma, ni siquiera se sabe si... podrá despertar, ya no podrá estar como antes...- Mónica se echa a llorar.
Su madre se apena al escucharla.
- Lo siento...
- Es que no lo quiero perder, mamá, no lo quiero perder...
Julia suspira.
- Nadie va a perder a nadie, Mónica. Tranquila cariño...
- Pero mamá, es que no sabes lo mal que lo estoy pasando, verlo así es...
- Sé fuerte cariño, se pondrá bien, ya verás...
- Ojalá que eso sea cierto...
- Sí... Bueno cariño, tengo que colgar, duerme bien, ¿vale? Y aguanta...
- De acuerdo, hasta mañana mamá.
Sonrisas en las dos líneas.
- Hasta mañana.
Cuelgan.
Mónica se va hacia su habitación. Se sienta en su cama. Se fija en la foto que hay en la mesita. La coge y mientras la mira una sonrisa se dibuja en su rostro. Es de ayer, cuando se hizo la foto con Daniel. Allí están ellos dos. Abrazados. Con una tierna sonrisa. Como si todo fuera genial, feliz. Quién le diría que horas después su vida perdería todo su sentido.

~ Dos meses más tarde...

Los días fueron pasando. Mónica iba cada día a ver a Daniel en el hospital. Pasaba las noches allí, junto a él. Cada día le contaba lo que había pasado, lo que había hecho. Cada día tenía la ilusión de verle despertar, pero siempre le era en vano. Ella seguía rezando por él. Nunca perdía la esperanza, no se permitía perder la esperanza. Después del puente, siguió con el instituto. Los peores días fueron los primeros. Sus amigas le agobiaban a preguntas sobre... todo. Y ella no estaba para nada ni para nadie. Apenas hacia otra cosa aparte de estar en el hospital en todo el día. Su rutina era instituto y después salir pitando hasta el hospital y allí se pasaba todo el día.

Y ahora, pasados dos meses, estaba, como todos los días, en el hospital, sentada junto a su cama, cogiéndole de la mano. Mientras, ella le está mirando. Sonríe sin ganas. Se acerca hasta la pequeña mesita metálica y coge el guión del programa de hoy. Javier se lo dió esta mañana. Para que supiera que harían hoy. Ya no escucha el programa, estando con Daniel allí no puede. Por eso prefiere leerse el guión  y así, al menos, se hace una idea.
Lo coge y llega de nuevo junto a Daniel, apoya el guión en su regazo y mientras apoya su mano en la suya empieza a contarle todo sobre el guión.
Pasados cinco minutos, ella le sigue hablando. A veces le mira por si reacciona o algo, pero nada, ni un sólo movimiento.
- Y entonces Pablo grita...- Pone un tono de mucho interés.- ''¡Entérate Javier! ¡La Esteban se enfada!'' Ya sabes, 'La Esteban'...- Le mira intentando obtener una respuesta suya.- Belén Esteban, Dani. ¡Belén Esteban! Ten valor para entender sus chistes, ¿te enteras Dani?- Observa inútilmente ese rostro tranquilo, relajado, que parece no poder oír. Pero es su última esperanza. Mantener viva su atención. Un suspiro. Y Mónica saca fuerzas de flaqueza.
-Ya vale, es inútil que te hagas el despistado. Tienes que repasar bien el guión, te lo tienes que saber. Puede que no salgas en él, pero cuando vuelvas tendrás que seguir, y si no repasas, no te saldrá bien. ¿No te habrás creído que te vas a librar de tu trabajo? Perdona, pero no te librarás de tus fans ni nada. Y vas a volver, lo sabes ¿no? Por supuesto que volverás...  A ver si te crees que te vas a librar de  aguantar a Javier, a Pablo y a...- No sabe pronunciar muy bien su nombre.- y al 'Monsór' ese... Claro que no...
- Monsieur.
Una voz repentina. Floja. Ligera. Débil. Pero su voz.
- ¡¡Dani!!
Daniel está vuelto hacia Mónica. Le sonríe.
- Se pronuncia Monsieur. Tienes que decirlo bien.
Mónica no se lo puede creer. Empieza a llorar a mares. Y en parte llora y en parte se ríe.
- ¡Monsieur, monsieur, lo voy a repetir mil veces, joder, me encanta el francés! Es la palabra más bonita del mundo.- Y se levanta y lo abraza con cuidado, intentando no agitarlo, pero no consigue contenerse. Se pierde con el rostro en su cuello y sigue llorando, como una niña.
- ¡Y decían que vuestros colaboradores no eran buenos!
Esa chica que se ha visto recompensada. Que jamás perdió la esperanza y acaba de recibir el regalo más bello del mundo. La respuesta a sus plegarias. Vuelve a tener a su amor. Vuelve a ser feliz. Vuelve a ser la Mónica... de hace 2 meses.



lunes, 5 de marzo de 2012

¡Nos vamos, pero volvemos en Junio!

El Cap12 será el último de la temporada. Aquí acaba por ahora la temporada primera de Un Amor Fanático. Volvemos en Junio de este año, en las vacaciones. Sólo agradecer el tiempo que habéis tomado en este relato y gracias por leer y formar parte de este sueño :) También darle las gracias a mi gran cuqui Carmen Rechi Llamas
por ayudarme a promocionar esto y por formar gran parte de esto. Nos despedimos hasta Junio. Puede que mientras empiece a escribir el otro relato que dije. Espero que para que cuando vuelva tengáis ganas de Un amor fanático~ Os dejo los links por si alguien quiere hacerse fan, comentarm, dar ideas o empezar de nuevo a leerlo xD ♥ ♥ :) Un gran abrazo y gracaias de nuevo por este gran apoyo de todo este tiempo (por ulltimo decir que si esto es posible es gracias a mi gran maestro de Lengua Jesús Mejías quién me apoyó con esto y hizo de una simple actividad de clase, una novela. GRACIAS ♥ ) Besos y abruzos mil para todos ♥ ♥ http://unamorfanatico.blogspot.com/ http://www.wattpad.com/3625866-un-amor-fan%C3%A1tico~
 
 

sábado, 3 de marzo de 2012

Capítulo 12 ¿Por qué...?

~Ya echada la noche, en una habitación del hospital.

Y ahora cojo aire, te miro, respiro.
Lo suelto de golpe, qué quiero contigo.
Si sigo disimulando,
voy a reventar.

En su mente no para de sonar el estribillo de esa canción. Se repite una y otra vez, sin ningún motivo, sin que para Keyla signifique nada especial. Simplemente, suena  y suena. Constantemente.

Desde que te vi, mi cuerpo no para de bailar.

¿Dani? ¿Dónde está Dani? Una pequeña sensación de alegría y plenitud. Lo último que recuerda es haberle escuchado esta mañana en la radio y haber reído como nunca. Le quiere mucho, demasiado.
Tiene un leve recuerdo... Cómo si hubiera estado con él, pero parece que su cuerpo no quiere que rememore las últimas horas... ¿Por qué? ¿Qué habrá pasado?

Lo suelto de golpe, qué quiero contigo.

¿Y por qué no es capaz de recordarlo? Tal vez sean las pastillas que se tomó esta mañana. Parece que le han sentado mal. ¿Qué eran? Ya ni se acuerda... Pero no debían ser muy buenas, no se acuerda de nada... ¿No habrá hecho alguna tontería? 
 
Si sigo disimulando
voy a reventar.

Puf... No se acuerda... Sabe que esas pastillas no son buenas... La última vez que las tomó, su humor cambió. Pasó de ser la típica emo marginada a la más peligrosa del barrio en una hora. Aquellas pastillas le cambiaban por completo. Y aquella vez... recuerda haber acabado muy... ligera de ropa.

Y ahora cojo aire.

Reza para que esta vez no haya hecho ninguna tontería y... ¡Au! ¡Le duele el brazo! Otra vez esa maldita competición la va a dejar echa polvo con las agujetas... ¡Ay! Pues parece que estas punzadas no son de agujetas... Entonces ¿de qué son?


Te miro, respiro. 
Intento disimular sin conseguirlo.


¿Y Marcos? ¿Dónde está? ¿No está con ella? No. No parece que se encuentre por allí. ¿Aún nadie le ha dicho a Marcos que quiere verle? No, porque, si se lo hubieran dicho, estaría allí con ella. La noche de ayer fue increíble. Siempre la recordará. La noche de su vida con el chico al que ama. Noche perfecta. Su primera vez.
Pero quiere verle.
Si abre los ojos, quizás lo vea. ¿Es hora de abrirlos? Sí.
Abre los ojos.
Se sobresalta y da un pequeño salto sobre... ¿una cama? 
Una chica vestida de verde está a su lado. Se da cuenta de que ha abierto los ojos. Se acerca hasta ella y le sonríe.
- Hola, Keyla ¿Cómo te encuentras?


~Sobre las cuatro de la mañana, en una habitación de un hotel.

- ¿Me estás diciendo que cabe la posibilidad de que hayas muerto?- Su estado de ansiedad aumenta por minutos.
Dani la mira cabizbajo.
Ella se alarma al no obtener respuesta.
- Dani, ¡Respóndeme! ¡Dime que no has muerto!
- Mónica yo...
Aquel mundo empieza a desvanecerse llevándose a ella consigo.

- ¡¡Dani!!- Mónica despierta alarmada y bruscamente, pega un brinco en la cama. Respira rápidamente y nerviosa, mira a su alrededor para comprobar que todo ha sido un sueño. Pero... ¿Que hacía en aquel lugar tan... raro? Y ¿por qué? Esto no ha sido exactamente un sueño, y lo sabe... ¿Por qué le ha pasado todo esto? Y... ¿Qué hacía él allí? ¿Sería él de verdad o sería su aparición en forma de sueño? ¿Y por qué iba vestido de blanco? Parecía como si hubiera... No. Prefiere no decir esa... palabra. Y ni siquiera se pudo asegurar si su teoría era cierta o no... Esta angustia la está matando...
<< Y aquí sigo yo, volviéndome loca, haciéndome a la idea de perderte poco a poco...>>

- ¿Mó-Móni...? ¿Estás bien?- Andrea se despierta alarmada por el despertar tan brusco de Mónica. Se sienta en la cama y la observa. Temblorosa, angustiada... Se puede decir que con miedo en el cuerpo. Sea lo que sea lo que Mónica haya soñado, no ha debido de ser bueno.
Mónica la mira y con voz llorosa le responde:
- Andy...- Una pequeña sonrisa le es regalada- He soñado que... Pensarás que es una tontería pero... He soñado que...- Tartamudea nerviosa- Aparecí en un lugar sin fin, demasiado grande, oscuro, tenebroso... Maléfico...- Baja la mirada- Y de repente apareció un haz de luz que cubrió bruscamente todo aquel mundo de un brillante blanco...
Andrea escuchaba a Mónica atenta.
- Y de repente, al fondo de aquel sitio, apareció una presencia. Una persona... Que a medida que se iba acercando a mí, me iba siendo más familiar... Era...
- Espera, espera, no me lo digas...- Intuía quién podría ser por la forma en la que Mónica le hablaba.- Era... ¿Dani?- La sonrisa por su victoria se fue esfumando poco a poco a medida que pronunciaba su nombre, esperaba ser más fuerte pero...
- S-sí, exacto... Era él...- Sin darse cuenta sus ojos se empañaron dejando escapar varias lágrimas- Fui corriendo hacia él, quién me recibió con sorpresa. Parecía confundido, creo que ni siquiera él sabía donde estábamos. Iba completamente vestido de blanco. Completamente. Llámame loca, pero eso a mí me trae una mala sensación.... Ya sabes a lo que me refiero...- Mira a Andrea.
Ésta asiente y le pregunta:
- ¿Qué crees que ha podido ser todo eso que has soñado? ¿Un sueño profético? ¿Premonit...
- ¡No! ¿Estás loca? Si fuera premonitorio... ¡Él estaría muerto!
De repente la habitación se queda en un completo silencio tras el grito de Mónica. Las dos se han quedado mudas al escuchar el grito de la chica. Una por decirlo y otra por escucharlo.
Mónica se seca las lágrimas que brotan libres por su rostro.
- Andy yo... Siento haberte gritado... Todo esto me...
- Sobrepasa, lo sé. No hace falta que te disculpes. Esto está siendo demasiado para ti... y para mí también... Para las dos.
Mónica le sonríe levemente.
- Venga anda, no preocupes... Vamos a dormir. Sé que esto para ti es difícil sabiendo que él está así, pero...- Las palabras van saliendo rápidamente de su boca.- Descansa un poco. Mañana será otro día.- Una última sonrisa y se tumba en la cama, quedándose dormida.
Mónica se queda todavía sentada en la cama. Mira a Andrea que ya está dormida. También, una rápida mirada a Javier. Ahora al techo. De nuevo el recuerdo de aquel sueño la fulmina. Suspira. Se levanta cuidadosamente y va hacia la pequeña terraza que hay en aquel hotel. Al llegar, se apoya en la barandilla y deja que el viento le despeine el pelo cuidadosamente. Mira aquel paisaje dejándose llevar por la fresca brisa de la noche. Esa brisa que le hace olvidar casi sin conseguirlo toda la situación que ha pasado y la que le queda por pasar.
''Mañana será otro día'' Ya claro, pero será otro día sin él... Otro día más de agonía...
Mira al cielo y observa con atención todas las estrellas que se encuentran en él. Hay muchas, más que nunca. La vista del cielo, hoy es realmente preciosa. Quizás sea lo único precioso que ha visto en todo el día. Una pequeña sonrisa se dibuja en su boca mientras la luna ilumina su rostro. Una luna nueva que hace resplandecer la noche. Mónica observa de nuevo las estrellas. Se queda encandilada ante ellas. De repente, una estrella fugaz cruza por el cielo a gran velocidad. Mónica, al verla, se sobresalta y rápidamente pide un deseo. Aquel deseo que aún siendo tan obvio, Mónica lo detalla al milímetro, para que no quepa duda en sus plegarias. No cree mucho en esas cosas, pero se ve con muy pocas esperanzas en que Daniel se recupere.
La estrella fugaz se desvanece poco a poco en aquel cielo estrellado.
<<¿Sufriré el lamento de este corazón ilusionado?>>
Una nueva ráfaga de viento hace que Mónica se vea obligada a entrar en la habitación de nuevo. Fuera hace demasiado frío.
Camina despacio hasta su cama y cuidadosamente se tumba en ella hasta quedarse dormida.

~A la mañana siguiente, sobre las 8 de la mañana.

''I heard. That you're settled down. That you. Found a girl. And you're. Married now. I heard That y...''
Click. Listo. Javier apaga la alarma de su móvil y se levanta de la cama.
Adele. Le encanta. Someone Like You es una de sus canciones preferidas. Ya de pie, se frota los ojos. ''Alguien como tú'' un título precioso para una canción que hace llorar con tan solo escucharla. Quizás no es el momento adecuado para escucharla, sin ella también es capaz de llorar, y sabe el motivo perfectamente.
Mira a las chicas, parece que ya se están despertando. Anoche fue una noche dura para las dos. Apenas pudieron dormir y la conversación que mantuvieron no fue muy alegre que digamos. Él, aunque no se despertara, lo escuchó todo. También se despertó por el brusco despertar de Mónica de madrugada, pero prefirió hacerse el dormido que entrar en la conversación.
Sabe que hoy será un día duro, más incluso que el de ayer. Pero debe afrontarlo con fuerza y firmeza. ¿Quién le diría a él que en solo dos días le iban a pasar tantas cosas? Y encima tiene que aplazar el programa durante un período de tiempo. No puede hacer otra cosa, sin Daniel... No pueden hacer nada.
Se dirige a las chicas y con una sonrisa les dice:
- Buenos días, ¿cómo habéis dormido?
Las dos le miran con desgana mientras se visten.
- Bien, su-supongo que bien...- Andrea coge el pequeño peine rosa y empieza a desrizarse el pelo con delicadeza.
Javier mira a Mónica esperando su respuesta y ésta asiente ateniéndose al comentario de su amiga.
- Así que todo bien...- Sonríe al ver que las chicas no quieren contarle lo ocurrido anoche- Me alegro.
Las dos sonríen sin ganas mientras se siguen peinando.
Pasados diez minutos, todos terminan de arreglarse y bajan al comedor del hotel. No es muy grande, ni tan poco muy pequeño, digamos que parecía acogedor.
Mientras Mónica y Andrea toman asiento, mientras desayunan; Javier sale fuera a hacer una llamada urgente. Una llamada que sabe que debió hacer ayer.
Busca el número en su agenda y por fin lo encuentra. Pulsa en el pequeño recuadro donde se encuenta su móvil y tras tres pitidos obtiene su saludo.

~En un pub del centro de la ciudad, en ese mismo momento.

El teléfono móvil de Pablo empieza a sonar. Lo saca de su bolsillo.
-¿Quién es cariño?- Una voz femenina se acerca a él mientras acaricia su cuello dulcemente.
- ¡Es Javier!- Y responde- ¿Sí? No me digas que te has vuelto a meter en un lío con otra de esas dichosas productoras. ¿No querrás venir a pedirme que te ayude?- Tono burlón mientras los labios de Fabianne rozan los suyos.
En la otra línea, silencio. Y, de repente, sollozos.
- Pablo, ven corriendo. Daniel.
- ¿Daniel qué?
- Ha tenido un accidente.
Ahora es la otra línea la que se queda en silencio, o al menos todo el silencio que pueda tener un pub.
- Cariño, ¿qué te pasa? Te has puesto blanco...- Fabianne se separa de repente de su novio y le mira preocupada.
- Pablo, ¿sigues ahí?- Pregunta Javier en la otra línea.
Este se seca las lágrimas y responde:
- Sí, sí...-Tartamudea nervioso- Pe-pero Javier, es... una broma, ¿no?... Pues como broma, buenísima...- Ríe falsamente- Venga ahora en serio... No puede ser... No le puede haber pasado esto...- Otra lágrima cae de sus párpados.
- Lo siento Pablo, siento haberte avisado así pero... Por favor ven lo más rápido que puedas.
- ¿Dónde está?
- En el 12 de Octubre.
- De acuerdo voy para allá.
  Un leve suspiro y cuelgan.
- Ey Pablo, ¿qué ha pasado?
- Daniel. Ha tenido un accidente.- Coge la chaqueta y mientras paga vuelve a guardarse el móvil en el bolsillo.
Fabianne le mira sorprendida.
- ¿Que qué? ¿Daniel? ¿Tu compañero de la radio?
- El mismo.- Y tras pagar salen del local a toda prisa.
- ¿Dónde está?
- En el 12 de Octubre.- Coge las llaves de su Audi A4 y lo abre.
- Hay que ir para allá lo más rápido posible.
- Sí. Fabi, ¿podrías conducir tú? Me temo que no estoy como para conducir.
Fabianne asiente y arranca el coche a toda prisa.

~En un comedor de un hotel, cerca del hospital.

Javier llega hasta las chicas y ve que ya están desayunando. Coge un café de la máquina y se sienta junto a ellas.
- ¿Qué tal? ¿Os gusta el desayuno?
Mónica y Andrea asienten sonrientes. Tenían muchísima hambre después de no haber provado bocado ayer.
Javier toma un sorbo de su café mientras las mira felizmente.
Jamás pensó que le gustaría tanto tener a su lado a dos de sus fans. La verdad es que se nota que les quieren. Y eso le hace sentir feliz. Algo bueno tenía que tener esta esperiencia.
Como ve que ninguna opta por sacar una conversación, será él quién romperá el hielo.
- Y... ¿En qué curso estáis chicas?- No es que sea una de sus mejores preguntas, pero para romper el hielo viene bien.
- En 3º de la ESO- Responden las dos a la vez.
Este se queda sorprendido por la respuesta. ¿En tercero? Entonces, ¿tienen 14 años? Y eso quiere decir que si Mónica sale con Daniel y tiene 14 años... ¡Se llevan 14 años! ¿No es mucho? Bueno, a veces dicen que la diferencia no importa, pero 14 años... De todas formas, si se quieren es lo que importa. Por lo menos no se ha enterado la prensa...
- Y ¿sois de aquí? Sí, ¿no?
- Yo sí.- Responde Mónica.
Javier sonríe y le dice:
- Entonces supongo que ahora estarás de feria, ¿no?
- Sí.
- Y tú Andrea, ¿también eres de aquí?
- Sí, yo también- Sonríe- Soy de Getafe, pero voy a un instituto bilingüe aquí, en Madrid capital.
Javier las mira sonriente mientras terminan de desayunar.
Unos minutos más tarde, terminan de desayunar y se van hacia el hospital.
Al llegar, van hasta el ascensor y suben a la segunda planta. Parece que todo hoy está más despejado. Es normal, es un Lunes.
Llegan a su destino y las puertas del ascensor se abren tras un chirriante ruido debido al poco engrasamiento de éstas.
Hay varios médicos enfrente de la habitación de Daniel. Javier se acerca espectante a ellos, mientras Mónica y Andrea les miran con preocupación.
- Hola buenos días, ¿ocurre algo?- Javier saluda a los médicos mientras reza para no escuchar la noticia que ahora mismo ronda por su cabeza.
- Hola buenas, somos el equipo que se está encargando de Daniel en este momento.- Se dan la mano- ¿Y usted es...?
- Javier, un amigo y jefe de la radio. ¿Saben algo sobre su estado?
- De momento sigue igual. Su pronóstico será el mismo durante un tiempo, no parece que vaya a cambiar.
Javier se entistece al escucharles.
- ¿Y se podría entrar a verle?
- Bueno... Sí- Responde uno de los médicos no muy convencido.- Pero sólo podrá entrar una persona.
- De... de acuerdo.- Se despide de ellos y vuelve junto a las chicas.
Mónica y Andrea le miran esperando una respuesta.
- ¿Qué... han dicho?- Pregunta Andrea preocupada.
- Que sigue igual... No ha habido cambios... Ni los habrá durante un tiempo.
Mónica intenta aguantar las lágrimas que están a punto de salir de sus ojos.
- También han dicho que se puede entrar a verle, pero solo podrá entrar uno.
Andrea mira a Mónica instintivamente. Ella tiene ganas de verle, pero su amiga merece verle antes.
- Móni, podrías entrar tú, ¿no?
Ella mira a Andrea con miedo. ¿Entrar ella? Sí, claro... Si ya ha llorado bastante sin verlo, viéndolo va a ser peor...
- Es verdad Mónica, tú deberías ser la primera. Eres la que más le... aprecia.- Javier está seguro que no es buena idea que ella entre allí. Sufrirá demasiado viéndolo así pero...
- Va... vale... Entraré yo...- Se acerca hasta la habitación de Daniel y abre la puerta con cuidado.
- Sé fuerte Móni- Andrea le sonríe.
Mónica sonríe levemente y lentamente y nerviosa, va girando el pomo haciendo que la puerta se abra. Un pequeño crujido y entra. Se gira de nuevo para cerrar la puerta y le mira. Su mundo se para en ese momento. Nota como sus piernas tiemblan sin dejar que dé ningún otro paso.
'' No. No voy a llorar... Ya no...'' Y, lentamente, se va acercando hacia Daniel.
Su costado está vendado completamente. Quieto, inmóvil, en una pequeña cama, que parece demasiado grande para Daniel. Varios cables se entrecruzan y se pierden en sus brazos. Sedantes, vitaminas y otros tipos de analgésicos para controlar su estado.
A su lado, y cogiéndolo de la mano, Mónica le observa en silencio, incapaz de moverse y de hablar, casi en suspenso, sin atreverse ni a respirar.
Sabe que se prometió a sí misma no llorar pero...
Todo esto es como una espantosa pesadilla que parece no acabar nunca.
Le mira y ve su rostro pálido y débil.
Siente una gran punzada en su corazón y se echa a llorar desconsoladamente en su pecho. Sin pronunciar palabra. Llena de agonía y impotencia por lo que ha pasado...

Fuera de la habitación, en el pasillo de aquel hospital...

Pablo sale espavorido del ascensor hacia Javier. Fabianne le sigue.
Javier se da cuenta de que ha llegado y se vuelve a saludarle.
- ¡Por fin!- Dice jadeante mientras se apoya en sus rodillas para descansar un poco.- Javier, ¿qué ha pasado? ¿Es muy grave?

Este mira hacia la habitación para decirle que observe la escena. Los dos se quedan observando lo que está pasando detrás de aquel cristal. Pablo mira a Javier y le pregunta:
- Esa es Mónica, ¿no?.
- Sí- Responde seriamente.
- Pobre chica... Lo debe estar pasando...
- Fatal.- Andrea responde triste y cortante. Sus ojos se llenan de lágrimas de culpabilidad y sin dar tiempo a ninguna otra respuesta, sale corriendo de aquel lugar.


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Siento la tardanza de este capítulo, es que con el instituto es difícil ya que esta semana es la última antes de las evaluaciones. La movidaca tan gorda que está pasando se acabará pronto. Gracias por leer mis relatos. Muchas gracias. Si tienen cualquier sugerencia o lo que sea mándamelo por un comentario :)
Ciao<3
La escritora
















 


Mónica (Capítulo 5)

Mónica (Capítulo 5)
<<¿Porqué a él...? ¿Porqué...?>>

Andrea ^^

Andrea ^^
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