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Mónica García

Mónica García
El amor...

Daniel Fernández

Daniel Fernández
... Más imposible del mundo

domingo, 17 de junio de 2012

Capítulo 16 Cosas inesperadas

En el centro de la ciudad, en un parque de Madrid~

Parque del Retiro. Bosque del olvido. Todos están sentados en un banco. Unos sentados en el respaldo de éste, algunos otros sentados debidamente en él. Música rap a tope. Volumen al máximo de lo que les permite sus Blackberrys. Los cigarros y su cachimba pasa de mano en mano, de boca en boca. Todos fuman. La gente que pasa por su lado se les quedan mirando, un poco extrañados por la escena, aunque en Madrid a esas horas y en aquel lugar, es relativamente normal.

- Ey tío, ¿Cómo sigue tu chica?

- ¿Keyla? Bah, supongo que bien...- Marcos da una calada al cigarro y suelta el humo lentamente.- Allí sigue, llorando. No para la muy...- Suspira con desagrado- Tampoco es que me importe mucho. Ya sabes, pronto romperé con ella y...

- ¿Qué? ¿Qué vas a romper con ella?- Raúl le mira sorprendido.- Tío, ahora no es buen momento, no la puedes dejar estando en el hospital... ¿No te da pena por cómo lo está pasando?

- ¿Esa? Esa perra me la suda... Yo sólo buscaba un lío y lo he conseguido. Ya sabes, una mujer de usar y tirar. No pienso comprometerme más con una chica. Si he estado yendo al hospital a verla es por hacer el paripé... No me van esas relaciones tío. No soy ningún romántico.

- Pero tío, ahora no le puedes dejar, se vendrá más abajo... Y...

- ¡Que ya te he dicho que me da igual! Tío, sólo buscaba sexo y lo he tenido. Paso de ir más allá.

- Pero...

- ¡Qué he dicho que no!- Marcos se empieza a cabrear.

- Raúl, tío, déjalo. No lo hagas enfadar...- Luis no quiere que su amigo se enfade.

- Pero...

- Déjalo... Ya sabes cómo es...

- Si tanto insites, por qué no te vas tú con ella, ¿eh?...- Al final Raúl ha conseguido enfadar a Marcos.

Eso es lo quisiera él. Estar con Keyla. Él sí que la cuidaría. Él nunca la dejaría sola. Nunca le abandonaría. Por que él la quiere. Raúl está enamorado de Keyla. Y no le gusta como la está tratando su amigo. Keyla no es un trapo de usar y tirar. Aún habiendo hecho lo que hizo con ese... ¿Daniel Fernández? Sí cree que se llama así. No le suena mucho, pero debe ser bastante famoso. Lo suficiente para que Keyla se enamorara de él. Y si hizo lo que hizo fue por esas horribles pastillas que le hizo tomar Marcos. Ese estúpido la ha metido en el mundo de las drogas... Aunque es su amigo, a veces se comporta como un verdadero imbécil. Él también fuma, pero sólo cuando está con sus amigos... Después no toca el tabaco para nada, sólo fuma para integrarse en aquel grupo. Triste, pero verdad. No comprende a Marcos, la chica con la que sale está pasando por una depresión gigantesca. No puede imaginar cómo pudo hacerle eso a Daniel, y por lo que Marcos le ha contado, está recibiendo ayuda psicológica. Y él va, y la deja tirada. La deja tirada como una colilla, coma la colilla que se están fumando ahora mismo. Ojalá él saliera con Keyla. Ojalá el fuera famoso, para poder conquistar su corazón.

En lugar más alejado, en las puertas de un hospital~

Mónica mira de un lado para otro de la calle. Se acerca hasta la acera y de nuevo hace el mismo gesto. Nada, por ahora Andrea no llega.

Impaciente, coge el móvil y mira la hora. ¡Pero si ya ha pasado un cuarto de hora! ¿Dónde se ha metido esta chica? Uff...

- ¡¡¡¡MÓÓÓÓÓNICA!!!! ¡¡¡MÓÓÓNICA!!!- Una voz procedente de la esquina de la calle grita eufórica.

La chica mira al lugar por donde procede la voz, pega un respingo, y sonríe.

- ¡¡ANDREAA!!

Cada una corre hacia la otra. El viento les va despeinando el pelo a medida que su velocidad crece, pero no les importa a ninguna. Las dos corren hasta que llegan una junto a la otra y se abrazan fuerte, muy fuerte, como si les fuera la vida en ello. Sonríen. Lloran. Se miran y se vuelven a abrazar, este abrazo es aún más largo.

- Cielo, ¡mira cómo estás!- Andrea coge a Mónica por los barzos.- Estás... Estás cambiada... Estás...

- Feliz por volver a verte.- Mónica sonríe y le dice- Tu también estás cambiada. Más... alta y... delgada... quizás. No sé.- Una nueva carcajada.- Cómo te he echado de menos, Andy.

- Sí, y yo a ti también, pero bueno...- En ese momento se acuerda, se toca el bolsillo de su pantalón y saca un bigote.

- ¿Te acuerdas?- Andrea ríe divertida.

Mónica lo mira sorprendida.

- Oh, no.... No, no, no... Otra vez no, Andy- Se echa a reír mientras intenta apartarse de los brazos de su amiga que le intenta poner el bigote de pega de nuevo, pero le es en vano.- Ja, ja, ja... No, Andy ¡Para! Ja, ja, ja...

- Esta vez no te escaparás.- Andrea la coge por el brazo y le consigue pegar el bigote.

Mónica le mira enfadada, pero de broma claro, se estaba partiendo de risa.

- Eres...- Le mira desafiante- Uy, como te coja...- Corre hacia Andrea y ella, empieza a correr también para no ser pillada.

Las dos ríen. La calle es invadida por sus risas y carcajadas. Una corre detrás de la otra.

Andrea se para y se apoya en sus rodillas, no puede más. Jadeante, mira a Mónica, la cual se va acercando a gran velocidad hacia ella.. Por fin la coge y al empujarla, por la velocidad que llevaba, las dos se caen al suelo.

- O-Oye... Mónica, para un... poquito, anda que... no puedo más...- Andrea se apoya en su amiga y jadeante aún, se levanta del suelo.

Mónica ríe y le ayuda a levantarse.

- Ja, ja, ja... Entonces esto significa que te he ganado, ¿no?

- Sí... has ganado tramposa... Que eres una tramposa.

- ¿Tramposa yo? ¡Já! Lo que pasa es que tú no sabes correr lo suficiente, debilucha...- Se ríe de nuevo y dice- Bueno, nos olvidamos de algo ¿no?

Andrea le mira confundida.

- ¿A sí? ¿De quién?

Su amiga le mira atónita, sonríe y dice:
- ¡De Dani, tonta! A eso has venido, ¿no?

- ¡Es verdad! Pues vamos, ¿no?

- Sí, anda vamos. Mónica coge de la mano a su amiga y van hacia la habitación de Daniel.

En otra habitación muy distinta, en ese mismo hospital~

Keyla llora, llora amagamente en su habitación. Tumbada en la cama, mientras ve cómo una de las enfermeras que se encarga de ella, se va acercando hasta su lado.

- Deberías depejarte un poco.- Le acaricia el pelo cariñosamente.- Llorar no arreglará nada.- Le coge cuidadosamente la mano derecha, donde lleva puesto el suero, y ajusta de nuevo la cantidad adecuada.- No te conviene tener emociones fuertes en tu estado.

- Mejor, a ver si así consigo morirme de una vez.- Keyla se seca las lágrimas y mira a Carmen, su enfermera.

- ¡Pero no digas burradas, hombre!

- Si es verdad, ya no tengo ganas de vivir... He matado a ese hombre, ese hombre al que amaba, ni siquiera sé cómo fui capaz de hacerlo y...- Keyla mira al suelo, cabizbaja- Y esa chica... ya no me acuerdo como se llamaba... Seguro que en estos momentos me odia muchísimo...- Keyla comienza a llorar de nuevo.

- Que no...- La enfermera ya no sabe que hacer para consolarla.- Además en lo de que lo has matado, te equivocas, él no está muerto.

Keyla pega un respingo en la cama sentándose en ella.

- ¡¿Qué?!- Una pequeña sonrisa ilumina su cara.- En-Entonces... ¿él no... no está muerto?- Tartamudea nerviosa.

La enfermera mueve la cabeza diciéndole que no.

- ¡Dios qué bien!- Pega un grito de alegría.- Y entonces está bien, ¿no?

- Bueno, estuvo en coma varios meses, pensábamos que lo íbamos a perder, pero se recuperó poco a poco, gracias al apoyo de Mónica y...

- Mónica...- Pronuncia su nombre pensativa.- Así era como se llamaba aquella chica... Hum...

- Sí, estuvo todos los días acudiendo aquí a verlo... Bueno pues, cómo ya te dije, meses después Daniel despertó del coma y ahora se está recuperando. No tienes por qué preocuparte... Él ya está bien.- Carmen le sonríe.

- Bueno... pero de la cárcel no me libro...- Keyla mira a Carmen tristemente.- Según me dijeron los policías el otro día, tenía que acudir a un jucio, aquella chica ya habrá testificado en mi contra, seguro... Ya no tengo nada que hacer...

- Bueno, piensa que lo que hiciste fue...

- Malo, muy malo, ya lo sé... De echo no pienso hacer nada al respecto, es lo que me merezco por todo los daños que provoqué, pero me da miedo la cárcel... Espero que Dani me pueda perdonar por todo lo que le hice, espero que todos ellos me sepan perdonar...

Keyla sonríe tímidamente, parece ya un poco más animada.

De pronto una luz se ilumina entre las sábanas, es su móvil.

- ¡Es Marcos!- Sonríe y lo coge.- ¿Sï? Cariño ¿qué querías decirme?

Keyla espera su respuesta y al obtenerla su sonrisa se va apagando, poco a poco, hasta que las lágrimas vuelven a aparecer en su rostro.

En un lugar más lejano, en el parque del Retiro~

Raúl camina pensativo por los caminos del Retiro, con las manos metidas en los bolsillos. Está enfadado. ¿Cómo ha podido Marcos dejar así a Keyla? ¿Por qué lo ha hecho? Buf... Definitivamente su amigo es un estúpido... Y encima le ha terminado insultando. Pobrecita... Se la podía escuchar llorando desde la otra línea. Que cruel a sido Marcos. Eso no se hace, y menos sabiendo cómo está ahora mismo ella.

Esa es la razón por la que al fin le ha plantado cara a su amigo y se ha marchado de allí. Su amistad con él ha terminado para siempre. Varios insultos y alguna que otra referencia a su madre.

No sabe si ha hecho bien en irse de allí, pero no quería estar ni un segundo más al lado de ese estúpido. El resto de sus amigos parecen que le apoyaron también a él, a Marcos, por que nadie antes se había atrevido enfrentarse a él. Es el líder de aquel grupo. Simplemente le respetan por miedo. Pero él sabe que cuenta con el apoyo mudo de sus amigos aunque por fuera no lo hayan podido aparentar.

Y es que él no va a permitir que traten así a una chica. Y menos a Keyla, la chica de la que está enamorado desde hace bastante tiempo. No va a dejar que eso pase. Y si se tiene que enfrentar al chico más peligroso de Vallecas, lo hará. El amor que siente por Keyla, es lo suficientemente grande.

En el hospital 12 de octubre, en la quinta planta~

Mónica llama a la puerta.

- Toc, toc, toc.- La abre y entra junto a Andrea sigilosamente.- ¿Se puede?

Se encuentran a Dani sentado en la cama, leyendo el periódico.

- Ya habéis entrado.- Les sonríe y deja el periódico, debidamente doblado, encima de la mesita metálica.

- Hola amor, ¿me has echado de menos?- Mónica se acerca a Daniel y le besa.

Andrea les mira tímidamente y rápidamente aparta la mirada.

- ¿Tú qué crees?- Daniel ríe y dirige su mirada a Andrea, la cual cuando se da cuenta, se sonroja.- Hola, tú debes ser Andrea, ¿no?

- Sí.- Andrea mira a Daniel todavía con un poco avergonzada.

- Vaya... Eres igual a cómo te describió Mónica...- Dani sonríe de nuevo y espera la respuesta de la chica.

- Ah... eh, pu-pues, gracias...- Sonríe tímidamente y siente una gran punzada de dolor en el estómago No sabe por qué. Mira a Daniel de nuevo y observa su torso vendado. De nuevo la punzada vuelve, y otra, y otra más. Se siente mal. Culpable quizás. No lo sabe, pero de repente, sus ojos se empañan., sin saber por qué.

Mónica le mira extrañada.

Andrea se abalanza sobre Daniel, y le abraza fuerte, muy fuerte, pero con cuidado para no hacerle daño. Y comienza a sollozar, a llorar como una niña.

Daniel la recibe en sus brazos extrañado por su reacción. La acoge entre sus barzos y le acaricia tiernamente.

- Venga... tranquila... Tranquila, cielo...- Intenta consolarla.

- Dani yo... Lo siento, lo siento muchísimo de verdad... Todo es culpa mía... Lo siento mucho...

- No es culpa tuya, Andy.- Mónica le pasa la mano por el hombro.- Es de esa estúpida de Keyla... Ella provocó todo esto.

- No... Si yo no hubiera dicho nada...- Las lágrimas no cesan.- No hubiera pasado nada...- Andrea se aparta de Daniel.

- Ey... tranquila... No pasa nada.- Daniel mira a Andrea a los ojos.- Oye, yo ya estoy bien... No pasa nada... No te tienes que sentir culpable...

- Pero... después me fui, y... Lo siento, de verdad... Os dejé tirados, intenté olvidaros. Lo he pasado fatal durante este tiempo, intenté olvidar lo más importante para mí... Lo siento...

- Andrea, ya te he dicho que no te tienes que disculpar, enserio, tú no tienes la culpa de nada, ¿de acuerdo? No quiero que te sientas culpable más por eso.- Daniel le besa en la mejilla.

Ella se sonroja aún más. Mónica abraza a su amiga que parece que ya se le ha pasado la llorera.

- Anda que llorar por eso, Andy...- Mónica le sonríe.

- Es que... Joder, me sentía fatal y... al verte...- Mira hacia Daniel.- Pues... me ha venido todo de golpe..- Al fin sonríe y dice.- Siento haberme puesto así.- Mira a Daniel y observa preocupada su herida.- ¿Te... duele mucho?

Daniel se toca en el lugar de la herida y siente que le duele.

- Eh... bueno un poco, pero cada vez... menos.- Sonríe.

Ella sonríe y le coge de la mano, mira a Mónica y le dice:

- Ella también sufrió mucho, las dos íbamos más o menos igual, equilibradas.-Daniel ríe al escuchar su comentario.- Todavía me acuerdo del día en el que vino la prensa.- Las dos se miran y sonríen.- ¡Que agobio por dios! Ja, ja, ja...

En ese momento llaman a la puerta. Todos miran hacia ésta. Oyen cómo se abre poco a poco y llega junto a ellos una mujer vestida de blanco, parece ser una enfermera.

- Señor Daniel, alguien quiere verle.

- ¿A mí? ¿Quién?

- No lo sé, es una chica que dice que lo conoce, ¿le digo que pase?

- Eh... Sí, sí, claro...

La enfermera se acerca hasta la puerta.

- Keyla, dice que sí, que pases.

Mónica y Andrea se miran petrificadas. ¿Keyla? ¿No será...?

La chica entra tímidamente en la habitación. Tiene el brazo vendado.

- Hola Dani.- Le observa preocupada.- ¿Có-Cómo estás?

Mónica (Capítulo 5)

Mónica (Capítulo 5)
<<¿Porqué a él...? ¿Porqué...?>>

Andrea ^^

Andrea ^^
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