Capítulo 7 En el hospital

~Dani

Ni siquiera sé donde estoy... Creo que en este momento me estoy dirigiendo a un hospital, no tengo casi pulso, creo que me estoy muriendo... La bala ha penetrado en mí y me cuesta respirar, pensar... ¿Entonces ésto es el fin?... Escucho un pitido... Seré yo mismo... Me estoy muriendo...
Me queda poco, si es que todavía sigo vivo... Y ella... ¿Estará bien...?

~Mónica
Mi mundo ya no tiene sentido... ¿Por qué lo iba a tener? Sin él... ya nada lo tiene. ¿Cómo estará..? Bien supongo que no... ¿Y si hubiera m...? ¡No! ¡Él no ha muerto, él no ha muerto! No pienses eso... Él... está vivo... Sí, eso es. Él sigue vivo. No está muerto. Y se pondrá bien... Sí claro, eso no me lo creo ni yo...
La que debería estar muerta es Keyla... Esa es la que debería morir... Por todo lo que ha hecho...

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Olor a limpio. Paredes blanquísimas. La mujer de la limpieza a pasado varias veces en los últimos quince minutos. Gente, mucha gente que, nerviosa, llena incentidumbre, espera una respuesta.
La sala de espera del hospital está repleta de personas. Unos entran desesperados y se marchan rebosantes de ilusiones y promesas. Otros no tienen tanta suerte.
Han pasado más de dos horas desde que Andrea y Mónica están en el hospital.
Javier también está allí. Mónica le llamó. Con todo lo que había pasado, Javier debía saberlo.
Se comunican a través de miradas, no tienen fuerzas para hablar. Andrea y ella están destrozadas.
Javier las mira. Las ve allí, entristecidas, deprimidas y desanimadas.
Las comprende perfectamente, sabe lo duro que debe ser para ellas todo esto. Cuando le llamó Mónica y le contó lo que había pasado se quedó helado. No podía creer que a Daniel le hubieran disparado. Fue lo más rápido que pudo hacia allí. Cuando llegó, el médico le dijo en el estado en el que se encontraban Keyla y Dani, aunque él solo prestó atención al diagnóstico de su compañero. El médico le explicó todo lo que sabía sobre su estado. Estaba grave, bastante grave, y las posibilidades de una buena recuperación, por el momento, eran nulas. Le dijo que tendrían que esperar allí para tener un diagnóstico más completo. Él se temía la reacción de las chicas si se lo dijera y por eso, por ahora, no les ha dicho nada.
- Iros a dar una vuelta chicas. Lleváis aquí más de dos horas. Necesitáis despejaros.
- ¿Y si viene el médico?- Preguntó Mónica- No podemos irnos...
- Si viene el médico yo hablaré con él. Os contaré todo lo que dirá. Pero vosotras necesitáis descansar y salir a dar una vuelta. Olvidaros un poco de toda esta movida... Sé que es difícil chicas, pero tenéis que despejaros un poco. Aquí os agobiaréis más.- Esboza una pequeña sonrisa- Iros a dar una vuelta. De aquí a que llegue el médico pueden pasar otras tres horas y bueno, ya son las cinco chicas, deberíais comer algo.
Andrea se da cuenta de que no ha comido en todo el día.
Sus tripas suenan. Se toca el estómago. Necesita comer algo.
- Un poco de hambre si que tengo...- Dice ella observándose el estómago.
Mónica sonríe apenas con fuerzas ante el comentario de Andrea. La pobre no ha comido en todo el día, y ella... Tampoco.
- De acuerdo, iremos a tomar algo.-Mónica mira a Javier.- Pero si viene el médico me das un toque al móvil.
-Vale, yo os aviso.
Las chicas se levantan y se van hacia la cafetería.