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Mónica García

Mónica García
El amor...

Daniel Fernández

Daniel Fernández
... Más imposible del mundo

sábado, 31 de marzo de 2012

Capítulo 14 ¿Por qué te fuiste?


(Escuchar esto mientras leéis el capítulo)http://www.youtube.com/watch?v=FDUwls5lbf4



~Meses antes...
Le llamas al móvil y no te lo coge. Le mandas un mensaje y no contesta. ¿Dónde se ha metido? ¿Por qué se ha ido? De pronto le miras y piensas: Tú le querías y te has marchado sin dar explicaciones. Tú te culpaste demasiado quizás.
Y aquí estás, junto a él. Intentando comprender la perdida de tu amiga, de tu hermana. Te sientes culpable por no apoyarla demasiado a veces...
Miras de nuevo a Daniel, por una vez el dolor que sientes no es sólo por él. Quieras o no reconocerlo ella era tu apoyo en estos días. Y ahora se ha ido y no sabes dónde.
De pronto el móvil vibra. Se ilumina una luz y ves su número en la pantalla. Lo coges con una sonrisa.
- ¿Andrea?- Una pausa mientras piensas lo primero que se te ocurre preguntarle- ¿Por qué... te has ido?
En la otra línea escuchas un suspiro y la oyes llorar.
- Mónica, lo siento. No puedo aguantar más esto. Todo esto me sobrepasa, la culpabilidad, la depresión, todo esto ya es demasiado. Han pasado ya días del incidente y él no se recupera.
- Pero... Las dos estábamos juntas en esto. Prometimos ser fuertes. Lo prometimos...
De nuevo oyes un suspiro en la otra línea.
- Lo siento Mónica. Lo mejor es que me haya ido. Tengo que olvidarle... No puedo... seguir así.
- ¿Olvidarle? ¿Me estás diciendo que todo esto lo quieres olvidar?
- Lo siento...  Móni.- Tú sonríes al escuchar cómo te ha llamado.- Prométeme una cosa...
- Sí
- Pase el tiempo que pase, no te olvides de tu hermanita.
Tú sonríes y dejas escapar una lágrima por tu rostro.
- Entonces, eso significa que... ¿no nos volveremos a ver?
De pronto, hay unos segundos que las dos estáis en silencio.
- Tengo que pasar un tiempo fuera de todo mi mundo anterior, tengo que olvidar un poco todo....
- Andrea.
- ¿Sí?
- Gracias por ayudarme en estos días.
Notas que ella ríe.
- No se dan. No ha sido nada.
- Sabes que sin ti no hubiera sido tan fácil afrontar todo esto.
Tú sonríes.
-¿Te puedo pedir un favor?
- Por ti, Andy, lo que sea.
- Llámame cuando despierte.
- ¿Crees que despertará?
- Jamás hay que perder la esperanza.
Una sonrisa aparece en tu rostro.
- Te prometo que cuando despierte te aviso.
Sientes que alguien la llama y pronuncia su nombre.
- Bueno cuqui, me tengo que ir, mi madre me llama para que vaya.
- Anda ve.
Las dos sonreís al mismo tiempo.
Entonces te pones más triste y le dices:
- Mantente en contacto, ¿vale?
- Siempre.
Escuchas de nuevo que pronuncian su nombre.
- Bueno Móni, mi madre se desespera, te tengo que dejar.
- De acuerdo. Chao, hermanita.
- Chao.
Colgáis al mismo tiempo. Te quedas unos segundos con el móvil en la mano y piensas en que estos meses serán más duros sin ella.

jueves, 29 de marzo de 2012

Capítulo 13 A veces no se pierde la esperanza...

~ Unos minutos antes...

Fabianne conduce a toda velocidad por las calles de Madrid. A su lado va Pablo. Y mil preguntas, mil porqués y mil interrogantes que rondan por sus cabezas. Un intento desesperado por entender algo. No es posible. La preocupación agoniza el ambiente. Hospital 12 de Octubre. Fabianne pasa la barrera y aparca. Pablo se baja de inmediato y entra en el hospital. Corre por el pasillo, sube las escaleras a toda velocidad hasta que ve a Javier. Corre hacia él. También hay una chica a su lado. Se reúnen con ellos y se abrazan.
- Todavía no he logrado entender nada. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo está?
- Ya te lo dije. Una loca le disparó.- Javier fija su mirada en Pablo.- Y ahora...
- Sí, pero ¿es grave?
Javier le indica con la mirada que mira hacia la habitación. Pablo observa lo que pasa en su interior y cae en la cuenta de que allí está Mónica. Siente pena por cómo la está viendo. Javier le devuelve la respuesta.
- No te puedes imaginar cuánto...
De repente, y por su sorpresa, Andrea sale corriendo de aquel lugar.
Pablo intenta alcanzarla, pero Javier le coge del brazo.
- Déjala, necesita estar sola... Lo está pasando mal.
- Pero...
- ¡Pablo, cariño! Me he perdido con tanto pasillo...- Fabianne corre agotada hasta ellos.
- Genial... La que faltaba... ¿En serio la tenías que traer?- En voz baja, Javier usa un tono irónico con Pablo. No soporta a Fabianne, ni ella a él. Para saludarla su tono sube de volumen.- ¿Qué tal Fabianne? Que alegría verte...- De nuevo tono sarcástico.
Fabianne le mira con odio.
- Hombre Javier, ¿cómo tú por aquí?.- Se acerca a él.- ¿No habrás sido tú lo que has provocado esto?
Javier ríe.
- Yo también me alegro de verte...
- Qué pena no poder decir lo mismo.- Una sonrisa maliciosa.
- Y ¿qué tal el trabajo?... A no, que no tienes...
- Já... Al menos tengo más carisma que tú... Y de tu humor no hablemos...
Javier le mira desafiante.
- Ey, chicos, parad ya...- No le gusta las discusiones mucho...
- Ha empezado él...
- ¿Qué? Tú eres una...
Pero antes de que Javier pueda acabar su frase, Mónica sale de la habitación.
Todos vuelven la mirada hacia Mónica. Ésta se gira para mirarlos. Una tímida sonrisa y vuelve a su estado de tristeza. Tiene los ojos irritados y  está rojísima.
Javier se acerca hasta ella.
- ¿Cómo estás? ¿Le... has visto bien?
Fabianne va hacia la chica y le acaricia el pelo.
- ¿Pero cómo le dices eso? ¡Si él está en coma, hombre!
Mónica, al escuchar eso, siente una sacudida, como un huracán, una oleada de inmenso dolor, se viene abajo, se derrumba, siente que le quitan la respiración, que se le ahoga dentro de su deseo de estra alegre. Feliz. Y de improvisa rabia, y estupor, incredulidad.
¿Por qué le ha tenido que  pasar esto? ¿Y hasta cuánto estará así? Se siente mal, muy mal, traicionada por la vida. No es posible. Daniel no. Daniel. Que es fuerte. Que nunca le había pasado nada. Y la ola sigue creciendo, cada vez más. Siente ahogada en ese mar de agonía. No sabría decirlo. Pero ella está allí, le mira y no puede hacer nada. No puede remediar lo que pasó. Y ahora 'los mañaneros' rotos. Sus 'mañaneros'. Y entonces Mónica se acerca hasta hasta Javier y le aprieta fuertemente la chaqueta contra los puños, se la arranca casi, se aferra a ella, desesperada, como si fuese el único escollo seguro en medio de ese mar de absurdo dolor. Luego se apoya en el pecho de Javier y comienza a llorar quedo, en silencio, ahogando casi su dolor en esa chaqueta. Por respeto, por miedo, por no mostrar su debilidad ante los compañeros de Daniel. Javier no sabe qué hacer. Y la abraza despacio con sus brazos, fuerte, contra sí.
- Tú siempre tan sutil Fabianne...- Le mira cabreado.- Chissst... Tranquila, Mónica... Tranquila...- Y basta eso, su abrazo, para que se sienta un poco más tranquilas. Un profundo suspiro, lento. Y otro. Y otro más. Y los sollozos disminuyen. Poco a poco. Un poco de calma en esa chaqueta. Como una pequeña ensenada. Una cala donde poder resguardarse de la tempestad. Y después respira pofundamente. Mónica emerge de nuevo de los brazos de Javier. Recupera la compustura. Se seca la nariz con el extremo de su camisa. Se arregla un poco el cabello con las manos. El cabello, un poco mojado, obedece. Recupera su lugar de un modo obediente y, silenciosamente, deja que la luz aparezca de nuevo en ese rostro.
- Estoy bien.- Intenta convercerse a sí misma. Y una pequeña sonrisa a los allí presentes.- Me... voy a mi casa. Volveré mañana.
Javier le mira sorprendido.
- ¿Cómo que a tu casa?
- Sí, aquí sólo puedo... pasarlo mal, agobiarme más... Pensé en quedarme con él esta noche, pero no me dejan estar tanto tiempo allí... Así que... - Le mira y sonríe levemente.- Me voy... Hasta mañana.
Y se va sin más, en el silencio de un pasillo vacío por los malos momentos que ha pasado en él. Le espera una noche de espera, de miedo, de impotencia, de esperanza, de plegaria. De la certeza de un mañana, eso está claro, pero de un mañana que puede o no serlo para todos. ¿Cómo es la vida? No puede imaginar que pueda perder a Daniel, no tiene fuerzas.

~ Once de la noche, en la casa de Mónica...

Mónica habla con su madre por el móvil.
- ¡Ay mamá! Pero ¿te has vuelto loca?
- ¿Yo? ¿Tú te crees que éstas son horas de llamar? ¡Ni siquiera me has llamado estos días!
- ¡Es que Daniel está en el hospital, está en coma! ¡Ya te lo he dicho!
- Que no, que no me creo que tú y ese humorista...
- ¡Mamá, que es verdad!
- Si, ya. Seguro que te lo estás inventando. Mónica, ¿no te da vergüenza? Invertarse que alguien está en coma, es muy fuerte...
- Pero mamá, es verdad, ha tenido un accidente terrible.
-¡Ya basta! Porque no estoy ahí y no te puedo castigar, si no...
A Mónica se le empiezan a empañar los ojos de lágrimas.
- ¿Tú crees que me voy a inventar una cosa así? ¿Por quién me has tomado, mamá? Amo a ese hombre.


~ A más de cinco mil kilómetros de Madrid, en New York City...

El novio de Julia mira las noticias en el canal internacional. La televisión española. De pronto una noticia que le llama la atención, demasiado.
- Cariño, ¿este no es el famoso ese que le gusta tanto a tu hija?
- ¿Qué?- Julia aparta el teléfono de su boca, fija su mirada en la televisión y con vergüenza descubre que todo cuanto le ha contado su hija es cierto.
- S-sí...- Vuelve al teléfono y, esperando que su hija no se haya enfadado, habla.- Mó- mónica... ¿sigues ahí?
- Sí, mamá sí, sigo aquí...- Su tono, en la otra línea, suena lloroso y triste.- Pero ya que no me vas a creer voy a colgar ya...
- ¡No! ¡No, hija por favor, no me cuelgues! Acabo de ver que es cierto. Lo siento, cariño mío, me costaba entender todo eso... ¿Y cómo está?
- Mal, mamá, muy mal. ¿Cómo quieres que esté? Está en coma, ni siquiera se sabe si... podrá despertar, ya no podrá estar como antes...- Mónica se echa a llorar.
Su madre se apena al escucharla.
- Lo siento...
- Es que no lo quiero perder, mamá, no lo quiero perder...
Julia suspira.
- Nadie va a perder a nadie, Mónica. Tranquila cariño...
- Pero mamá, es que no sabes lo mal que lo estoy pasando, verlo así es...
- Sé fuerte cariño, se pondrá bien, ya verás...
- Ojalá que eso sea cierto...
- Sí... Bueno cariño, tengo que colgar, duerme bien, ¿vale? Y aguanta...
- De acuerdo, hasta mañana mamá.
Sonrisas en las dos líneas.
- Hasta mañana.
Cuelgan.
Mónica se va hacia su habitación. Se sienta en su cama. Se fija en la foto que hay en la mesita. La coge y mientras la mira una sonrisa se dibuja en su rostro. Es de ayer, cuando se hizo la foto con Daniel. Allí están ellos dos. Abrazados. Con una tierna sonrisa. Como si todo fuera genial, feliz. Quién le diría que horas después su vida perdería todo su sentido.

~ Dos meses más tarde...

Los días fueron pasando. Mónica iba cada día a ver a Daniel en el hospital. Pasaba las noches allí, junto a él. Cada día le contaba lo que había pasado, lo que había hecho. Cada día tenía la ilusión de verle despertar, pero siempre le era en vano. Ella seguía rezando por él. Nunca perdía la esperanza, no se permitía perder la esperanza. Después del puente, siguió con el instituto. Los peores días fueron los primeros. Sus amigas le agobiaban a preguntas sobre... todo. Y ella no estaba para nada ni para nadie. Apenas hacia otra cosa aparte de estar en el hospital en todo el día. Su rutina era instituto y después salir pitando hasta el hospital y allí se pasaba todo el día.

Y ahora, pasados dos meses, estaba, como todos los días, en el hospital, sentada junto a su cama, cogiéndole de la mano. Mientras, ella le está mirando. Sonríe sin ganas. Se acerca hasta la pequeña mesita metálica y coge el guión del programa de hoy. Javier se lo dió esta mañana. Para que supiera que harían hoy. Ya no escucha el programa, estando con Daniel allí no puede. Por eso prefiere leerse el guión  y así, al menos, se hace una idea.
Lo coge y llega de nuevo junto a Daniel, apoya el guión en su regazo y mientras apoya su mano en la suya empieza a contarle todo sobre el guión.
Pasados cinco minutos, ella le sigue hablando. A veces le mira por si reacciona o algo, pero nada, ni un sólo movimiento.
- Y entonces Pablo grita...- Pone un tono de mucho interés.- ''¡Entérate Javier! ¡La Esteban se enfada!'' Ya sabes, 'La Esteban'...- Le mira intentando obtener una respuesta suya.- Belén Esteban, Dani. ¡Belén Esteban! Ten valor para entender sus chistes, ¿te enteras Dani?- Observa inútilmente ese rostro tranquilo, relajado, que parece no poder oír. Pero es su última esperanza. Mantener viva su atención. Un suspiro. Y Mónica saca fuerzas de flaqueza.
-Ya vale, es inútil que te hagas el despistado. Tienes que repasar bien el guión, te lo tienes que saber. Puede que no salgas en él, pero cuando vuelvas tendrás que seguir, y si no repasas, no te saldrá bien. ¿No te habrás creído que te vas a librar de tu trabajo? Perdona, pero no te librarás de tus fans ni nada. Y vas a volver, lo sabes ¿no? Por supuesto que volverás...  A ver si te crees que te vas a librar de  aguantar a Javier, a Pablo y a...- No sabe pronunciar muy bien su nombre.- y al 'Monsór' ese... Claro que no...
- Monsieur.
Una voz repentina. Floja. Ligera. Débil. Pero su voz.
- ¡¡Dani!!
Daniel está vuelto hacia Mónica. Le sonríe.
- Se pronuncia Monsieur. Tienes que decirlo bien.
Mónica no se lo puede creer. Empieza a llorar a mares. Y en parte llora y en parte se ríe.
- ¡Monsieur, monsieur, lo voy a repetir mil veces, joder, me encanta el francés! Es la palabra más bonita del mundo.- Y se levanta y lo abraza con cuidado, intentando no agitarlo, pero no consigue contenerse. Se pierde con el rostro en su cuello y sigue llorando, como una niña.
- ¡Y decían que vuestros colaboradores no eran buenos!
Esa chica que se ha visto recompensada. Que jamás perdió la esperanza y acaba de recibir el regalo más bello del mundo. La respuesta a sus plegarias. Vuelve a tener a su amor. Vuelve a ser feliz. Vuelve a ser la Mónica... de hace 2 meses.



lunes, 5 de marzo de 2012

¡Nos vamos, pero volvemos en Junio!

El Cap12 será el último de la temporada. Aquí acaba por ahora la temporada primera de Un Amor Fanático. Volvemos en Junio de este año, en las vacaciones. Sólo agradecer el tiempo que habéis tomado en este relato y gracias por leer y formar parte de este sueño :) También darle las gracias a mi gran cuqui Carmen Rechi Llamas
por ayudarme a promocionar esto y por formar gran parte de esto. Nos despedimos hasta Junio. Puede que mientras empiece a escribir el otro relato que dije. Espero que para que cuando vuelva tengáis ganas de Un amor fanático~ Os dejo los links por si alguien quiere hacerse fan, comentarm, dar ideas o empezar de nuevo a leerlo xD ♥ ♥ :) Un gran abrazo y gracaias de nuevo por este gran apoyo de todo este tiempo (por ulltimo decir que si esto es posible es gracias a mi gran maestro de Lengua Jesús Mejías quién me apoyó con esto y hizo de una simple actividad de clase, una novela. GRACIAS ♥ ) Besos y abruzos mil para todos ♥ ♥ http://unamorfanatico.blogspot.com/ http://www.wattpad.com/3625866-un-amor-fan%C3%A1tico~
 
 

sábado, 3 de marzo de 2012

Capítulo 12 ¿Por qué...?

~Ya echada la noche, en una habitación del hospital.

Y ahora cojo aire, te miro, respiro.
Lo suelto de golpe, qué quiero contigo.
Si sigo disimulando,
voy a reventar.

En su mente no para de sonar el estribillo de esa canción. Se repite una y otra vez, sin ningún motivo, sin que para Keyla signifique nada especial. Simplemente, suena  y suena. Constantemente.

Desde que te vi, mi cuerpo no para de bailar.

¿Dani? ¿Dónde está Dani? Una pequeña sensación de alegría y plenitud. Lo último que recuerda es haberle escuchado esta mañana en la radio y haber reído como nunca. Le quiere mucho, demasiado.
Tiene un leve recuerdo... Cómo si hubiera estado con él, pero parece que su cuerpo no quiere que rememore las últimas horas... ¿Por qué? ¿Qué habrá pasado?

Lo suelto de golpe, qué quiero contigo.

¿Y por qué no es capaz de recordarlo? Tal vez sean las pastillas que se tomó esta mañana. Parece que le han sentado mal. ¿Qué eran? Ya ni se acuerda... Pero no debían ser muy buenas, no se acuerda de nada... ¿No habrá hecho alguna tontería? 
 
Si sigo disimulando
voy a reventar.

Puf... No se acuerda... Sabe que esas pastillas no son buenas... La última vez que las tomó, su humor cambió. Pasó de ser la típica emo marginada a la más peligrosa del barrio en una hora. Aquellas pastillas le cambiaban por completo. Y aquella vez... recuerda haber acabado muy... ligera de ropa.

Y ahora cojo aire.

Reza para que esta vez no haya hecho ninguna tontería y... ¡Au! ¡Le duele el brazo! Otra vez esa maldita competición la va a dejar echa polvo con las agujetas... ¡Ay! Pues parece que estas punzadas no son de agujetas... Entonces ¿de qué son?


Te miro, respiro. 
Intento disimular sin conseguirlo.


¿Y Marcos? ¿Dónde está? ¿No está con ella? No. No parece que se encuentre por allí. ¿Aún nadie le ha dicho a Marcos que quiere verle? No, porque, si se lo hubieran dicho, estaría allí con ella. La noche de ayer fue increíble. Siempre la recordará. La noche de su vida con el chico al que ama. Noche perfecta. Su primera vez.
Pero quiere verle.
Si abre los ojos, quizás lo vea. ¿Es hora de abrirlos? Sí.
Abre los ojos.
Se sobresalta y da un pequeño salto sobre... ¿una cama? 
Una chica vestida de verde está a su lado. Se da cuenta de que ha abierto los ojos. Se acerca hasta ella y le sonríe.
- Hola, Keyla ¿Cómo te encuentras?


~Sobre las cuatro de la mañana, en una habitación de un hotel.

- ¿Me estás diciendo que cabe la posibilidad de que hayas muerto?- Su estado de ansiedad aumenta por minutos.
Dani la mira cabizbajo.
Ella se alarma al no obtener respuesta.
- Dani, ¡Respóndeme! ¡Dime que no has muerto!
- Mónica yo...
Aquel mundo empieza a desvanecerse llevándose a ella consigo.

- ¡¡Dani!!- Mónica despierta alarmada y bruscamente, pega un brinco en la cama. Respira rápidamente y nerviosa, mira a su alrededor para comprobar que todo ha sido un sueño. Pero... ¿Que hacía en aquel lugar tan... raro? Y ¿por qué? Esto no ha sido exactamente un sueño, y lo sabe... ¿Por qué le ha pasado todo esto? Y... ¿Qué hacía él allí? ¿Sería él de verdad o sería su aparición en forma de sueño? ¿Y por qué iba vestido de blanco? Parecía como si hubiera... No. Prefiere no decir esa... palabra. Y ni siquiera se pudo asegurar si su teoría era cierta o no... Esta angustia la está matando...
<< Y aquí sigo yo, volviéndome loca, haciéndome a la idea de perderte poco a poco...>>

- ¿Mó-Móni...? ¿Estás bien?- Andrea se despierta alarmada por el despertar tan brusco de Mónica. Se sienta en la cama y la observa. Temblorosa, angustiada... Se puede decir que con miedo en el cuerpo. Sea lo que sea lo que Mónica haya soñado, no ha debido de ser bueno.
Mónica la mira y con voz llorosa le responde:
- Andy...- Una pequeña sonrisa le es regalada- He soñado que... Pensarás que es una tontería pero... He soñado que...- Tartamudea nerviosa- Aparecí en un lugar sin fin, demasiado grande, oscuro, tenebroso... Maléfico...- Baja la mirada- Y de repente apareció un haz de luz que cubrió bruscamente todo aquel mundo de un brillante blanco...
Andrea escuchaba a Mónica atenta.
- Y de repente, al fondo de aquel sitio, apareció una presencia. Una persona... Que a medida que se iba acercando a mí, me iba siendo más familiar... Era...
- Espera, espera, no me lo digas...- Intuía quién podría ser por la forma en la que Mónica le hablaba.- Era... ¿Dani?- La sonrisa por su victoria se fue esfumando poco a poco a medida que pronunciaba su nombre, esperaba ser más fuerte pero...
- S-sí, exacto... Era él...- Sin darse cuenta sus ojos se empañaron dejando escapar varias lágrimas- Fui corriendo hacia él, quién me recibió con sorpresa. Parecía confundido, creo que ni siquiera él sabía donde estábamos. Iba completamente vestido de blanco. Completamente. Llámame loca, pero eso a mí me trae una mala sensación.... Ya sabes a lo que me refiero...- Mira a Andrea.
Ésta asiente y le pregunta:
- ¿Qué crees que ha podido ser todo eso que has soñado? ¿Un sueño profético? ¿Premonit...
- ¡No! ¿Estás loca? Si fuera premonitorio... ¡Él estaría muerto!
De repente la habitación se queda en un completo silencio tras el grito de Mónica. Las dos se han quedado mudas al escuchar el grito de la chica. Una por decirlo y otra por escucharlo.
Mónica se seca las lágrimas que brotan libres por su rostro.
- Andy yo... Siento haberte gritado... Todo esto me...
- Sobrepasa, lo sé. No hace falta que te disculpes. Esto está siendo demasiado para ti... y para mí también... Para las dos.
Mónica le sonríe levemente.
- Venga anda, no preocupes... Vamos a dormir. Sé que esto para ti es difícil sabiendo que él está así, pero...- Las palabras van saliendo rápidamente de su boca.- Descansa un poco. Mañana será otro día.- Una última sonrisa y se tumba en la cama, quedándose dormida.
Mónica se queda todavía sentada en la cama. Mira a Andrea que ya está dormida. También, una rápida mirada a Javier. Ahora al techo. De nuevo el recuerdo de aquel sueño la fulmina. Suspira. Se levanta cuidadosamente y va hacia la pequeña terraza que hay en aquel hotel. Al llegar, se apoya en la barandilla y deja que el viento le despeine el pelo cuidadosamente. Mira aquel paisaje dejándose llevar por la fresca brisa de la noche. Esa brisa que le hace olvidar casi sin conseguirlo toda la situación que ha pasado y la que le queda por pasar.
''Mañana será otro día'' Ya claro, pero será otro día sin él... Otro día más de agonía...
Mira al cielo y observa con atención todas las estrellas que se encuentran en él. Hay muchas, más que nunca. La vista del cielo, hoy es realmente preciosa. Quizás sea lo único precioso que ha visto en todo el día. Una pequeña sonrisa se dibuja en su boca mientras la luna ilumina su rostro. Una luna nueva que hace resplandecer la noche. Mónica observa de nuevo las estrellas. Se queda encandilada ante ellas. De repente, una estrella fugaz cruza por el cielo a gran velocidad. Mónica, al verla, se sobresalta y rápidamente pide un deseo. Aquel deseo que aún siendo tan obvio, Mónica lo detalla al milímetro, para que no quepa duda en sus plegarias. No cree mucho en esas cosas, pero se ve con muy pocas esperanzas en que Daniel se recupere.
La estrella fugaz se desvanece poco a poco en aquel cielo estrellado.
<<¿Sufriré el lamento de este corazón ilusionado?>>
Una nueva ráfaga de viento hace que Mónica se vea obligada a entrar en la habitación de nuevo. Fuera hace demasiado frío.
Camina despacio hasta su cama y cuidadosamente se tumba en ella hasta quedarse dormida.

~A la mañana siguiente, sobre las 8 de la mañana.

''I heard. That you're settled down. That you. Found a girl. And you're. Married now. I heard That y...''
Click. Listo. Javier apaga la alarma de su móvil y se levanta de la cama.
Adele. Le encanta. Someone Like You es una de sus canciones preferidas. Ya de pie, se frota los ojos. ''Alguien como tú'' un título precioso para una canción que hace llorar con tan solo escucharla. Quizás no es el momento adecuado para escucharla, sin ella también es capaz de llorar, y sabe el motivo perfectamente.
Mira a las chicas, parece que ya se están despertando. Anoche fue una noche dura para las dos. Apenas pudieron dormir y la conversación que mantuvieron no fue muy alegre que digamos. Él, aunque no se despertara, lo escuchó todo. También se despertó por el brusco despertar de Mónica de madrugada, pero prefirió hacerse el dormido que entrar en la conversación.
Sabe que hoy será un día duro, más incluso que el de ayer. Pero debe afrontarlo con fuerza y firmeza. ¿Quién le diría a él que en solo dos días le iban a pasar tantas cosas? Y encima tiene que aplazar el programa durante un período de tiempo. No puede hacer otra cosa, sin Daniel... No pueden hacer nada.
Se dirige a las chicas y con una sonrisa les dice:
- Buenos días, ¿cómo habéis dormido?
Las dos le miran con desgana mientras se visten.
- Bien, su-supongo que bien...- Andrea coge el pequeño peine rosa y empieza a desrizarse el pelo con delicadeza.
Javier mira a Mónica esperando su respuesta y ésta asiente ateniéndose al comentario de su amiga.
- Así que todo bien...- Sonríe al ver que las chicas no quieren contarle lo ocurrido anoche- Me alegro.
Las dos sonríen sin ganas mientras se siguen peinando.
Pasados diez minutos, todos terminan de arreglarse y bajan al comedor del hotel. No es muy grande, ni tan poco muy pequeño, digamos que parecía acogedor.
Mientras Mónica y Andrea toman asiento, mientras desayunan; Javier sale fuera a hacer una llamada urgente. Una llamada que sabe que debió hacer ayer.
Busca el número en su agenda y por fin lo encuentra. Pulsa en el pequeño recuadro donde se encuenta su móvil y tras tres pitidos obtiene su saludo.

~En un pub del centro de la ciudad, en ese mismo momento.

El teléfono móvil de Pablo empieza a sonar. Lo saca de su bolsillo.
-¿Quién es cariño?- Una voz femenina se acerca a él mientras acaricia su cuello dulcemente.
- ¡Es Javier!- Y responde- ¿Sí? No me digas que te has vuelto a meter en un lío con otra de esas dichosas productoras. ¿No querrás venir a pedirme que te ayude?- Tono burlón mientras los labios de Fabianne rozan los suyos.
En la otra línea, silencio. Y, de repente, sollozos.
- Pablo, ven corriendo. Daniel.
- ¿Daniel qué?
- Ha tenido un accidente.
Ahora es la otra línea la que se queda en silencio, o al menos todo el silencio que pueda tener un pub.
- Cariño, ¿qué te pasa? Te has puesto blanco...- Fabianne se separa de repente de su novio y le mira preocupada.
- Pablo, ¿sigues ahí?- Pregunta Javier en la otra línea.
Este se seca las lágrimas y responde:
- Sí, sí...-Tartamudea nervioso- Pe-pero Javier, es... una broma, ¿no?... Pues como broma, buenísima...- Ríe falsamente- Venga ahora en serio... No puede ser... No le puede haber pasado esto...- Otra lágrima cae de sus párpados.
- Lo siento Pablo, siento haberte avisado así pero... Por favor ven lo más rápido que puedas.
- ¿Dónde está?
- En el 12 de Octubre.
- De acuerdo voy para allá.
  Un leve suspiro y cuelgan.
- Ey Pablo, ¿qué ha pasado?
- Daniel. Ha tenido un accidente.- Coge la chaqueta y mientras paga vuelve a guardarse el móvil en el bolsillo.
Fabianne le mira sorprendida.
- ¿Que qué? ¿Daniel? ¿Tu compañero de la radio?
- El mismo.- Y tras pagar salen del local a toda prisa.
- ¿Dónde está?
- En el 12 de Octubre.- Coge las llaves de su Audi A4 y lo abre.
- Hay que ir para allá lo más rápido posible.
- Sí. Fabi, ¿podrías conducir tú? Me temo que no estoy como para conducir.
Fabianne asiente y arranca el coche a toda prisa.

~En un comedor de un hotel, cerca del hospital.

Javier llega hasta las chicas y ve que ya están desayunando. Coge un café de la máquina y se sienta junto a ellas.
- ¿Qué tal? ¿Os gusta el desayuno?
Mónica y Andrea asienten sonrientes. Tenían muchísima hambre después de no haber provado bocado ayer.
Javier toma un sorbo de su café mientras las mira felizmente.
Jamás pensó que le gustaría tanto tener a su lado a dos de sus fans. La verdad es que se nota que les quieren. Y eso le hace sentir feliz. Algo bueno tenía que tener esta esperiencia.
Como ve que ninguna opta por sacar una conversación, será él quién romperá el hielo.
- Y... ¿En qué curso estáis chicas?- No es que sea una de sus mejores preguntas, pero para romper el hielo viene bien.
- En 3º de la ESO- Responden las dos a la vez.
Este se queda sorprendido por la respuesta. ¿En tercero? Entonces, ¿tienen 14 años? Y eso quiere decir que si Mónica sale con Daniel y tiene 14 años... ¡Se llevan 14 años! ¿No es mucho? Bueno, a veces dicen que la diferencia no importa, pero 14 años... De todas formas, si se quieren es lo que importa. Por lo menos no se ha enterado la prensa...
- Y ¿sois de aquí? Sí, ¿no?
- Yo sí.- Responde Mónica.
Javier sonríe y le dice:
- Entonces supongo que ahora estarás de feria, ¿no?
- Sí.
- Y tú Andrea, ¿también eres de aquí?
- Sí, yo también- Sonríe- Soy de Getafe, pero voy a un instituto bilingüe aquí, en Madrid capital.
Javier las mira sonriente mientras terminan de desayunar.
Unos minutos más tarde, terminan de desayunar y se van hacia el hospital.
Al llegar, van hasta el ascensor y suben a la segunda planta. Parece que todo hoy está más despejado. Es normal, es un Lunes.
Llegan a su destino y las puertas del ascensor se abren tras un chirriante ruido debido al poco engrasamiento de éstas.
Hay varios médicos enfrente de la habitación de Daniel. Javier se acerca espectante a ellos, mientras Mónica y Andrea les miran con preocupación.
- Hola buenos días, ¿ocurre algo?- Javier saluda a los médicos mientras reza para no escuchar la noticia que ahora mismo ronda por su cabeza.
- Hola buenas, somos el equipo que se está encargando de Daniel en este momento.- Se dan la mano- ¿Y usted es...?
- Javier, un amigo y jefe de la radio. ¿Saben algo sobre su estado?
- De momento sigue igual. Su pronóstico será el mismo durante un tiempo, no parece que vaya a cambiar.
Javier se entistece al escucharles.
- ¿Y se podría entrar a verle?
- Bueno... Sí- Responde uno de los médicos no muy convencido.- Pero sólo podrá entrar una persona.
- De... de acuerdo.- Se despide de ellos y vuelve junto a las chicas.
Mónica y Andrea le miran esperando una respuesta.
- ¿Qué... han dicho?- Pregunta Andrea preocupada.
- Que sigue igual... No ha habido cambios... Ni los habrá durante un tiempo.
Mónica intenta aguantar las lágrimas que están a punto de salir de sus ojos.
- También han dicho que se puede entrar a verle, pero solo podrá entrar uno.
Andrea mira a Mónica instintivamente. Ella tiene ganas de verle, pero su amiga merece verle antes.
- Móni, podrías entrar tú, ¿no?
Ella mira a Andrea con miedo. ¿Entrar ella? Sí, claro... Si ya ha llorado bastante sin verlo, viéndolo va a ser peor...
- Es verdad Mónica, tú deberías ser la primera. Eres la que más le... aprecia.- Javier está seguro que no es buena idea que ella entre allí. Sufrirá demasiado viéndolo así pero...
- Va... vale... Entraré yo...- Se acerca hasta la habitación de Daniel y abre la puerta con cuidado.
- Sé fuerte Móni- Andrea le sonríe.
Mónica sonríe levemente y lentamente y nerviosa, va girando el pomo haciendo que la puerta se abra. Un pequeño crujido y entra. Se gira de nuevo para cerrar la puerta y le mira. Su mundo se para en ese momento. Nota como sus piernas tiemblan sin dejar que dé ningún otro paso.
'' No. No voy a llorar... Ya no...'' Y, lentamente, se va acercando hacia Daniel.
Su costado está vendado completamente. Quieto, inmóvil, en una pequeña cama, que parece demasiado grande para Daniel. Varios cables se entrecruzan y se pierden en sus brazos. Sedantes, vitaminas y otros tipos de analgésicos para controlar su estado.
A su lado, y cogiéndolo de la mano, Mónica le observa en silencio, incapaz de moverse y de hablar, casi en suspenso, sin atreverse ni a respirar.
Sabe que se prometió a sí misma no llorar pero...
Todo esto es como una espantosa pesadilla que parece no acabar nunca.
Le mira y ve su rostro pálido y débil.
Siente una gran punzada en su corazón y se echa a llorar desconsoladamente en su pecho. Sin pronunciar palabra. Llena de agonía y impotencia por lo que ha pasado...

Fuera de la habitación, en el pasillo de aquel hospital...

Pablo sale espavorido del ascensor hacia Javier. Fabianne le sigue.
Javier se da cuenta de que ha llegado y se vuelve a saludarle.
- ¡Por fin!- Dice jadeante mientras se apoya en sus rodillas para descansar un poco.- Javier, ¿qué ha pasado? ¿Es muy grave?

Este mira hacia la habitación para decirle que observe la escena. Los dos se quedan observando lo que está pasando detrás de aquel cristal. Pablo mira a Javier y le pregunta:
- Esa es Mónica, ¿no?.
- Sí- Responde seriamente.
- Pobre chica... Lo debe estar pasando...
- Fatal.- Andrea responde triste y cortante. Sus ojos se llenan de lágrimas de culpabilidad y sin dar tiempo a ninguna otra respuesta, sale corriendo de aquel lugar.


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Siento la tardanza de este capítulo, es que con el instituto es difícil ya que esta semana es la última antes de las evaluaciones. La movidaca tan gorda que está pasando se acabará pronto. Gracias por leer mis relatos. Muchas gracias. Si tienen cualquier sugerencia o lo que sea mándamelo por un comentario :)
Ciao<3
La escritora
















 


Mónica (Capítulo 5)

Mónica (Capítulo 5)
<<¿Porqué a él...? ¿Porqué...?>>

Andrea ^^

Andrea ^^
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