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Mónica García

Mónica García
El amor...

Daniel Fernández

Daniel Fernández
... Más imposible del mundo

sábado, 3 de marzo de 2012

Capítulo 12 ¿Por qué...?

~Ya echada la noche, en una habitación del hospital.

Y ahora cojo aire, te miro, respiro.
Lo suelto de golpe, qué quiero contigo.
Si sigo disimulando,
voy a reventar.

En su mente no para de sonar el estribillo de esa canción. Se repite una y otra vez, sin ningún motivo, sin que para Keyla signifique nada especial. Simplemente, suena  y suena. Constantemente.

Desde que te vi, mi cuerpo no para de bailar.

¿Dani? ¿Dónde está Dani? Una pequeña sensación de alegría y plenitud. Lo último que recuerda es haberle escuchado esta mañana en la radio y haber reído como nunca. Le quiere mucho, demasiado.
Tiene un leve recuerdo... Cómo si hubiera estado con él, pero parece que su cuerpo no quiere que rememore las últimas horas... ¿Por qué? ¿Qué habrá pasado?

Lo suelto de golpe, qué quiero contigo.

¿Y por qué no es capaz de recordarlo? Tal vez sean las pastillas que se tomó esta mañana. Parece que le han sentado mal. ¿Qué eran? Ya ni se acuerda... Pero no debían ser muy buenas, no se acuerda de nada... ¿No habrá hecho alguna tontería? 
 
Si sigo disimulando
voy a reventar.

Puf... No se acuerda... Sabe que esas pastillas no son buenas... La última vez que las tomó, su humor cambió. Pasó de ser la típica emo marginada a la más peligrosa del barrio en una hora. Aquellas pastillas le cambiaban por completo. Y aquella vez... recuerda haber acabado muy... ligera de ropa.

Y ahora cojo aire.

Reza para que esta vez no haya hecho ninguna tontería y... ¡Au! ¡Le duele el brazo! Otra vez esa maldita competición la va a dejar echa polvo con las agujetas... ¡Ay! Pues parece que estas punzadas no son de agujetas... Entonces ¿de qué son?


Te miro, respiro. 
Intento disimular sin conseguirlo.


¿Y Marcos? ¿Dónde está? ¿No está con ella? No. No parece que se encuentre por allí. ¿Aún nadie le ha dicho a Marcos que quiere verle? No, porque, si se lo hubieran dicho, estaría allí con ella. La noche de ayer fue increíble. Siempre la recordará. La noche de su vida con el chico al que ama. Noche perfecta. Su primera vez.
Pero quiere verle.
Si abre los ojos, quizás lo vea. ¿Es hora de abrirlos? Sí.
Abre los ojos.
Se sobresalta y da un pequeño salto sobre... ¿una cama? 
Una chica vestida de verde está a su lado. Se da cuenta de que ha abierto los ojos. Se acerca hasta ella y le sonríe.
- Hola, Keyla ¿Cómo te encuentras?


~Sobre las cuatro de la mañana, en una habitación de un hotel.

- ¿Me estás diciendo que cabe la posibilidad de que hayas muerto?- Su estado de ansiedad aumenta por minutos.
Dani la mira cabizbajo.
Ella se alarma al no obtener respuesta.
- Dani, ¡Respóndeme! ¡Dime que no has muerto!
- Mónica yo...
Aquel mundo empieza a desvanecerse llevándose a ella consigo.

- ¡¡Dani!!- Mónica despierta alarmada y bruscamente, pega un brinco en la cama. Respira rápidamente y nerviosa, mira a su alrededor para comprobar que todo ha sido un sueño. Pero... ¿Que hacía en aquel lugar tan... raro? Y ¿por qué? Esto no ha sido exactamente un sueño, y lo sabe... ¿Por qué le ha pasado todo esto? Y... ¿Qué hacía él allí? ¿Sería él de verdad o sería su aparición en forma de sueño? ¿Y por qué iba vestido de blanco? Parecía como si hubiera... No. Prefiere no decir esa... palabra. Y ni siquiera se pudo asegurar si su teoría era cierta o no... Esta angustia la está matando...
<< Y aquí sigo yo, volviéndome loca, haciéndome a la idea de perderte poco a poco...>>

- ¿Mó-Móni...? ¿Estás bien?- Andrea se despierta alarmada por el despertar tan brusco de Mónica. Se sienta en la cama y la observa. Temblorosa, angustiada... Se puede decir que con miedo en el cuerpo. Sea lo que sea lo que Mónica haya soñado, no ha debido de ser bueno.
Mónica la mira y con voz llorosa le responde:
- Andy...- Una pequeña sonrisa le es regalada- He soñado que... Pensarás que es una tontería pero... He soñado que...- Tartamudea nerviosa- Aparecí en un lugar sin fin, demasiado grande, oscuro, tenebroso... Maléfico...- Baja la mirada- Y de repente apareció un haz de luz que cubrió bruscamente todo aquel mundo de un brillante blanco...
Andrea escuchaba a Mónica atenta.
- Y de repente, al fondo de aquel sitio, apareció una presencia. Una persona... Que a medida que se iba acercando a mí, me iba siendo más familiar... Era...
- Espera, espera, no me lo digas...- Intuía quién podría ser por la forma en la que Mónica le hablaba.- Era... ¿Dani?- La sonrisa por su victoria se fue esfumando poco a poco a medida que pronunciaba su nombre, esperaba ser más fuerte pero...
- S-sí, exacto... Era él...- Sin darse cuenta sus ojos se empañaron dejando escapar varias lágrimas- Fui corriendo hacia él, quién me recibió con sorpresa. Parecía confundido, creo que ni siquiera él sabía donde estábamos. Iba completamente vestido de blanco. Completamente. Llámame loca, pero eso a mí me trae una mala sensación.... Ya sabes a lo que me refiero...- Mira a Andrea.
Ésta asiente y le pregunta:
- ¿Qué crees que ha podido ser todo eso que has soñado? ¿Un sueño profético? ¿Premonit...
- ¡No! ¿Estás loca? Si fuera premonitorio... ¡Él estaría muerto!
De repente la habitación se queda en un completo silencio tras el grito de Mónica. Las dos se han quedado mudas al escuchar el grito de la chica. Una por decirlo y otra por escucharlo.
Mónica se seca las lágrimas que brotan libres por su rostro.
- Andy yo... Siento haberte gritado... Todo esto me...
- Sobrepasa, lo sé. No hace falta que te disculpes. Esto está siendo demasiado para ti... y para mí también... Para las dos.
Mónica le sonríe levemente.
- Venga anda, no preocupes... Vamos a dormir. Sé que esto para ti es difícil sabiendo que él está así, pero...- Las palabras van saliendo rápidamente de su boca.- Descansa un poco. Mañana será otro día.- Una última sonrisa y se tumba en la cama, quedándose dormida.
Mónica se queda todavía sentada en la cama. Mira a Andrea que ya está dormida. También, una rápida mirada a Javier. Ahora al techo. De nuevo el recuerdo de aquel sueño la fulmina. Suspira. Se levanta cuidadosamente y va hacia la pequeña terraza que hay en aquel hotel. Al llegar, se apoya en la barandilla y deja que el viento le despeine el pelo cuidadosamente. Mira aquel paisaje dejándose llevar por la fresca brisa de la noche. Esa brisa que le hace olvidar casi sin conseguirlo toda la situación que ha pasado y la que le queda por pasar.
''Mañana será otro día'' Ya claro, pero será otro día sin él... Otro día más de agonía...
Mira al cielo y observa con atención todas las estrellas que se encuentran en él. Hay muchas, más que nunca. La vista del cielo, hoy es realmente preciosa. Quizás sea lo único precioso que ha visto en todo el día. Una pequeña sonrisa se dibuja en su boca mientras la luna ilumina su rostro. Una luna nueva que hace resplandecer la noche. Mónica observa de nuevo las estrellas. Se queda encandilada ante ellas. De repente, una estrella fugaz cruza por el cielo a gran velocidad. Mónica, al verla, se sobresalta y rápidamente pide un deseo. Aquel deseo que aún siendo tan obvio, Mónica lo detalla al milímetro, para que no quepa duda en sus plegarias. No cree mucho en esas cosas, pero se ve con muy pocas esperanzas en que Daniel se recupere.
La estrella fugaz se desvanece poco a poco en aquel cielo estrellado.
<<¿Sufriré el lamento de este corazón ilusionado?>>
Una nueva ráfaga de viento hace que Mónica se vea obligada a entrar en la habitación de nuevo. Fuera hace demasiado frío.
Camina despacio hasta su cama y cuidadosamente se tumba en ella hasta quedarse dormida.

~A la mañana siguiente, sobre las 8 de la mañana.

''I heard. That you're settled down. That you. Found a girl. And you're. Married now. I heard That y...''
Click. Listo. Javier apaga la alarma de su móvil y se levanta de la cama.
Adele. Le encanta. Someone Like You es una de sus canciones preferidas. Ya de pie, se frota los ojos. ''Alguien como tú'' un título precioso para una canción que hace llorar con tan solo escucharla. Quizás no es el momento adecuado para escucharla, sin ella también es capaz de llorar, y sabe el motivo perfectamente.
Mira a las chicas, parece que ya se están despertando. Anoche fue una noche dura para las dos. Apenas pudieron dormir y la conversación que mantuvieron no fue muy alegre que digamos. Él, aunque no se despertara, lo escuchó todo. También se despertó por el brusco despertar de Mónica de madrugada, pero prefirió hacerse el dormido que entrar en la conversación.
Sabe que hoy será un día duro, más incluso que el de ayer. Pero debe afrontarlo con fuerza y firmeza. ¿Quién le diría a él que en solo dos días le iban a pasar tantas cosas? Y encima tiene que aplazar el programa durante un período de tiempo. No puede hacer otra cosa, sin Daniel... No pueden hacer nada.
Se dirige a las chicas y con una sonrisa les dice:
- Buenos días, ¿cómo habéis dormido?
Las dos le miran con desgana mientras se visten.
- Bien, su-supongo que bien...- Andrea coge el pequeño peine rosa y empieza a desrizarse el pelo con delicadeza.
Javier mira a Mónica esperando su respuesta y ésta asiente ateniéndose al comentario de su amiga.
- Así que todo bien...- Sonríe al ver que las chicas no quieren contarle lo ocurrido anoche- Me alegro.
Las dos sonríen sin ganas mientras se siguen peinando.
Pasados diez minutos, todos terminan de arreglarse y bajan al comedor del hotel. No es muy grande, ni tan poco muy pequeño, digamos que parecía acogedor.
Mientras Mónica y Andrea toman asiento, mientras desayunan; Javier sale fuera a hacer una llamada urgente. Una llamada que sabe que debió hacer ayer.
Busca el número en su agenda y por fin lo encuentra. Pulsa en el pequeño recuadro donde se encuenta su móvil y tras tres pitidos obtiene su saludo.

~En un pub del centro de la ciudad, en ese mismo momento.

El teléfono móvil de Pablo empieza a sonar. Lo saca de su bolsillo.
-¿Quién es cariño?- Una voz femenina se acerca a él mientras acaricia su cuello dulcemente.
- ¡Es Javier!- Y responde- ¿Sí? No me digas que te has vuelto a meter en un lío con otra de esas dichosas productoras. ¿No querrás venir a pedirme que te ayude?- Tono burlón mientras los labios de Fabianne rozan los suyos.
En la otra línea, silencio. Y, de repente, sollozos.
- Pablo, ven corriendo. Daniel.
- ¿Daniel qué?
- Ha tenido un accidente.
Ahora es la otra línea la que se queda en silencio, o al menos todo el silencio que pueda tener un pub.
- Cariño, ¿qué te pasa? Te has puesto blanco...- Fabianne se separa de repente de su novio y le mira preocupada.
- Pablo, ¿sigues ahí?- Pregunta Javier en la otra línea.
Este se seca las lágrimas y responde:
- Sí, sí...-Tartamudea nervioso- Pe-pero Javier, es... una broma, ¿no?... Pues como broma, buenísima...- Ríe falsamente- Venga ahora en serio... No puede ser... No le puede haber pasado esto...- Otra lágrima cae de sus párpados.
- Lo siento Pablo, siento haberte avisado así pero... Por favor ven lo más rápido que puedas.
- ¿Dónde está?
- En el 12 de Octubre.
- De acuerdo voy para allá.
  Un leve suspiro y cuelgan.
- Ey Pablo, ¿qué ha pasado?
- Daniel. Ha tenido un accidente.- Coge la chaqueta y mientras paga vuelve a guardarse el móvil en el bolsillo.
Fabianne le mira sorprendida.
- ¿Que qué? ¿Daniel? ¿Tu compañero de la radio?
- El mismo.- Y tras pagar salen del local a toda prisa.
- ¿Dónde está?
- En el 12 de Octubre.- Coge las llaves de su Audi A4 y lo abre.
- Hay que ir para allá lo más rápido posible.
- Sí. Fabi, ¿podrías conducir tú? Me temo que no estoy como para conducir.
Fabianne asiente y arranca el coche a toda prisa.

~En un comedor de un hotel, cerca del hospital.

Javier llega hasta las chicas y ve que ya están desayunando. Coge un café de la máquina y se sienta junto a ellas.
- ¿Qué tal? ¿Os gusta el desayuno?
Mónica y Andrea asienten sonrientes. Tenían muchísima hambre después de no haber provado bocado ayer.
Javier toma un sorbo de su café mientras las mira felizmente.
Jamás pensó que le gustaría tanto tener a su lado a dos de sus fans. La verdad es que se nota que les quieren. Y eso le hace sentir feliz. Algo bueno tenía que tener esta esperiencia.
Como ve que ninguna opta por sacar una conversación, será él quién romperá el hielo.
- Y... ¿En qué curso estáis chicas?- No es que sea una de sus mejores preguntas, pero para romper el hielo viene bien.
- En 3º de la ESO- Responden las dos a la vez.
Este se queda sorprendido por la respuesta. ¿En tercero? Entonces, ¿tienen 14 años? Y eso quiere decir que si Mónica sale con Daniel y tiene 14 años... ¡Se llevan 14 años! ¿No es mucho? Bueno, a veces dicen que la diferencia no importa, pero 14 años... De todas formas, si se quieren es lo que importa. Por lo menos no se ha enterado la prensa...
- Y ¿sois de aquí? Sí, ¿no?
- Yo sí.- Responde Mónica.
Javier sonríe y le dice:
- Entonces supongo que ahora estarás de feria, ¿no?
- Sí.
- Y tú Andrea, ¿también eres de aquí?
- Sí, yo también- Sonríe- Soy de Getafe, pero voy a un instituto bilingüe aquí, en Madrid capital.
Javier las mira sonriente mientras terminan de desayunar.
Unos minutos más tarde, terminan de desayunar y se van hacia el hospital.
Al llegar, van hasta el ascensor y suben a la segunda planta. Parece que todo hoy está más despejado. Es normal, es un Lunes.
Llegan a su destino y las puertas del ascensor se abren tras un chirriante ruido debido al poco engrasamiento de éstas.
Hay varios médicos enfrente de la habitación de Daniel. Javier se acerca espectante a ellos, mientras Mónica y Andrea les miran con preocupación.
- Hola buenos días, ¿ocurre algo?- Javier saluda a los médicos mientras reza para no escuchar la noticia que ahora mismo ronda por su cabeza.
- Hola buenas, somos el equipo que se está encargando de Daniel en este momento.- Se dan la mano- ¿Y usted es...?
- Javier, un amigo y jefe de la radio. ¿Saben algo sobre su estado?
- De momento sigue igual. Su pronóstico será el mismo durante un tiempo, no parece que vaya a cambiar.
Javier se entistece al escucharles.
- ¿Y se podría entrar a verle?
- Bueno... Sí- Responde uno de los médicos no muy convencido.- Pero sólo podrá entrar una persona.
- De... de acuerdo.- Se despide de ellos y vuelve junto a las chicas.
Mónica y Andrea le miran esperando una respuesta.
- ¿Qué... han dicho?- Pregunta Andrea preocupada.
- Que sigue igual... No ha habido cambios... Ni los habrá durante un tiempo.
Mónica intenta aguantar las lágrimas que están a punto de salir de sus ojos.
- También han dicho que se puede entrar a verle, pero solo podrá entrar uno.
Andrea mira a Mónica instintivamente. Ella tiene ganas de verle, pero su amiga merece verle antes.
- Móni, podrías entrar tú, ¿no?
Ella mira a Andrea con miedo. ¿Entrar ella? Sí, claro... Si ya ha llorado bastante sin verlo, viéndolo va a ser peor...
- Es verdad Mónica, tú deberías ser la primera. Eres la que más le... aprecia.- Javier está seguro que no es buena idea que ella entre allí. Sufrirá demasiado viéndolo así pero...
- Va... vale... Entraré yo...- Se acerca hasta la habitación de Daniel y abre la puerta con cuidado.
- Sé fuerte Móni- Andrea le sonríe.
Mónica sonríe levemente y lentamente y nerviosa, va girando el pomo haciendo que la puerta se abra. Un pequeño crujido y entra. Se gira de nuevo para cerrar la puerta y le mira. Su mundo se para en ese momento. Nota como sus piernas tiemblan sin dejar que dé ningún otro paso.
'' No. No voy a llorar... Ya no...'' Y, lentamente, se va acercando hacia Daniel.
Su costado está vendado completamente. Quieto, inmóvil, en una pequeña cama, que parece demasiado grande para Daniel. Varios cables se entrecruzan y se pierden en sus brazos. Sedantes, vitaminas y otros tipos de analgésicos para controlar su estado.
A su lado, y cogiéndolo de la mano, Mónica le observa en silencio, incapaz de moverse y de hablar, casi en suspenso, sin atreverse ni a respirar.
Sabe que se prometió a sí misma no llorar pero...
Todo esto es como una espantosa pesadilla que parece no acabar nunca.
Le mira y ve su rostro pálido y débil.
Siente una gran punzada en su corazón y se echa a llorar desconsoladamente en su pecho. Sin pronunciar palabra. Llena de agonía y impotencia por lo que ha pasado...

Fuera de la habitación, en el pasillo de aquel hospital...

Pablo sale espavorido del ascensor hacia Javier. Fabianne le sigue.
Javier se da cuenta de que ha llegado y se vuelve a saludarle.
- ¡Por fin!- Dice jadeante mientras se apoya en sus rodillas para descansar un poco.- Javier, ¿qué ha pasado? ¿Es muy grave?

Este mira hacia la habitación para decirle que observe la escena. Los dos se quedan observando lo que está pasando detrás de aquel cristal. Pablo mira a Javier y le pregunta:
- Esa es Mónica, ¿no?.
- Sí- Responde seriamente.
- Pobre chica... Lo debe estar pasando...
- Fatal.- Andrea responde triste y cortante. Sus ojos se llenan de lágrimas de culpabilidad y sin dar tiempo a ninguna otra respuesta, sale corriendo de aquel lugar.


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Siento la tardanza de este capítulo, es que con el instituto es difícil ya que esta semana es la última antes de las evaluaciones. La movidaca tan gorda que está pasando se acabará pronto. Gracias por leer mis relatos. Muchas gracias. Si tienen cualquier sugerencia o lo que sea mándamelo por un comentario :)
Ciao<3
La escritora
















 


1 comentario:

  1. MOLA!!!! es verdad que a los jovenes no nos dejan vida con tanto examen y rollos. los profes piensan que no tenemos vida. pero bueno.
    y tienes ya otra novela para escribir??

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Gracias por su comentario <3

Mónica (Capítulo 5)

Mónica (Capítulo 5)
<<¿Porqué a él...? ¿Porqué...?>>

Andrea ^^

Andrea ^^
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